Después de varios cambios de criterio, donde las discotecas primero se incluyeron en la fase 3 y luego se eliminaron hasta nueva orden (se hablaba de septiembre); el BOE finalmente ha adoptado el criterio definitivo: sí habrá discotecas, pero no como las conocíamos.
Según reza el BOE, "podrá procederse a la reapertura al público de locales de discotecas y bares de ocio nocturno siempre que no se supere un tercio de su aforo y se cumplan las condiciones previstas en este capítulo".
Ese tercio de aforo no es el único requisito. El concepto de 'salir de fiesta' cambia, al menos durante esta etapa de nueva normalidad, donde deberemos despedirnos de las mesas de baile y movernos por los locales libremente, al menos durante un tiempo.
El concepto de discoteca que se contempla ahora pasa por llenar las salas con mesas y sillas dispuestas con el objetivo de evitar los contagios por coronavirus. Puede haber un espectáculo en el escenario, pero los clientes deberán permanecer en sus sillas, más al estilo de un bar clásico que al de una discoteca al uso.
El objetivo es claro: no generar discriminación entre los bares tradicionales y las salas de fiesta, reformando su concepto de negocio para que sea similar al de los primeros, sobre todo cuando se permite la entrada de clientes y el consumo de productos en el interior de sus locales.
La Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos 'España de noche' llevaba varias semanas reclamando la incorporación de las salas en el decreto de desescalada, puesto que su eliminación y suspensión 'sine die' era un peligro para la supervivencia de un elevado número de negocios.
Objetivo: evitar aglomeraciones
Las discotecas representaban un punto sensible en la desescalada, puesto que son locales en los que tradicionalmente se registran aglomeraciones y donde se podría producir un rebrote en cualquier momento.
Entre los cambios que se están realizando hasta la llegada de la denominada 'nueva normalidad', se encuentran la obligación de respetar la distancia de seguridad entre los clientes, además del uso de vasos desechables en el caso de que no pueda garantizarse su desinfección a más de 80ºC.
Todo lo que suceda en el local deberá estar planificado al milímetro, sobre todo en lo relacionado con la disposición del público y los elementos que vayan a situarse en el interior de los locales.
Por ejemplo, habrá que señalar las posiciones a ocupar por el cliente o grupos de clientes en la barra para evitar agolmeraciones. En el guardarropa, además, las prendas deberán de protegerse con fundas desechables para evitar el contacto directo entre ellas y asegurar su higiene.
El objetivo de todo es claro: que salir de fiesta pueda ser una actividad segura, que podamos ir recuperando cotas de libertad y que el virus no se propague descontroladamente ante una negligencia. Una serie de retos difíciles de combatir que, con este decreto, se esperan solventar en la fase 3.
