La Organización Mundial de la Salud concluyó no hace mucho tiempo que era "extremadamente improbable" que el Covid-19 surgiera tras un incidente de un laboratorio. Sin embargo, cada vez son más los científicos que durante las últimas semanas están pidiendo volver a investigar la hipótesis de la filtración del laboratorio.
En una carta publicada por la revista Science, dieciocho científicos de renombre afirmaron que "tanto la teoría de un escape accidental de un laboratorio como la de un 'derrame' zoonótico siguen siendo viables". "Debemos tomar ambas hipótesis en serio hasta que tengamos suficiente información. Una investigación adecuada debería ser transparente, objetiva y basada en datos", piden.
Joe Biden ha pedido que se reabra la investigación
A raíz de estas acusaciones, el presidente estadounidense Joe Biden ha pedido a los servicios de inteligencia de su país que "redoblen sus esfuerzos" para investigar el origen del coronavirus. Biden ha explicado los expertos están divididos y dudan si el virus proviene del contacto humano con un animal infectado o si es el resultado de un accidente de laboratorio. A la embajada de China en Estados Unidos no le ha gustado esta noticia y ha acusado de "manipulación política" a los que reavivan "la teoría de la conspiración de la fuga del laboratorio".
Lo cierto es que, aunque muchos investigadores aceptan esta posibilidad y creen que debería ser investigada, no todos lo hacen con la misma intensidad. Sea como sea, la hipótesis del laboratorio no implica que una mano humana esté tras el SARS-CoV-2. Lo más probable dentro de esta posibilidad es que hubiera sido un accidente.
Las probabilidades son pequeñas
Stephen Goldstein, virólogo estadounidense experto en coronavirus de la Universidad de Utah, explica a SINC que "las probabilidades son pequeñas pero no diminutas, y es importante hacer una investigación creíble y exhaustiva del origen de la pandemia que incluya la posibilidad de un accidente de laboratorio". "Sin embargo, priorizar esa hipótesis a expensas de investigar la ruta zoonótica convencional sería un error enorme", concluye.
"Es posible pero improbable que el SARS-CoV-2 sea un virus natural que infectó a científicos chinos mientras tomaban muestras en cuevas de murciélagos", opina el investigador de la Universidad Estatal de Luisiana (EEUU) Jeremy Kamil. "Es mucho más probable que fuera traído a Wuhan por comerciantes o criadores de animales salvajes". Stuart Neil, investigador del King's College de Londres, asegura a SINC que desaprueba "la hipótesis del laboratorio, pero no podemos descartarla definitivamente".
Ambas posibilidades están sobre la mesa
Una de las creadoras de la carta de Science, Alina Chan, investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts, cree que "ambas hipótesis están todavía sobre la mesa porque no hay evidencia definitiva para ninguna de las dos". "El problema es que no se ha investigado de forma rigurosa y creíble. Los estudios existentes se han centrado en mirar los orígenes zoonóticos", continúa. Y recuerda que en 2004 dos investigadores de Pekín se infectaron con SARS-CoV-1 y dieron lugar a un pequeño brote.
Jeremy Kamil no está de acuerdo porque "ya ha habido investigaciones que no encontraron apoyo para la hipótesis del laboratorio, hay muchas evidencias y precedentes de una aparición natural". Kristian G. Andersen, investigador del Scripps Research Institute también cree que la fuga del laboratorio es "improbable".
My full quotes to @nytimes in response to recent letter @ScienceMagazine from @jbloom_lab and colleagues.https://t.co/KaGuW9XHKH pic.twitter.com/smvSFLiUQX
— Kristian G. Andersen (@K_G_Andersen) May 13, 2021
Andersen ha querido criticar la carta de Science en su cuenta de Twitter. "La carta sugiere una falsa equivalencia entre la fuga de un laboratorio y escenarios de origen natural", cuenta. "Hasta hoy, no ha habido evidencia creíble que pueda probar la hipótesis de una fuga en el laboratorio, que se basa solo en especulaciones. En su lugar, hay datos científicos disponibles, derivados de investigaciones epidemiológicas, ecológicas, clínicas y genómicas, consistentes con una aparición natural".
Demasiadas casualidades
Stuart Neil cree que para que fuera cierto el origen artificial del Covid-19 tendrían que coincidir demasiadas cosas. "Implicaría que tenían la secuencia del SARS-CoV-2 o de su ancestro, que aislaron el virus vivo o hicieron un clon molecular para experimentar con él, que un trabajador se infectó o un animal escapó", explica.
"Además, el virus se habría transmitido de persona a persona hasta que, por casualidad, habría aparecido en brotes genéticamente separados en mercados que venden murciélagos vivos susceptibles y cazados en áreas con gran diversidad de coronavirus que infectan a estos animales", continúa.
No solo eso, sino que los experimentos deberían haberse hecho de forma que no pudieran ser detectados por el resto de la comunidad científica. "No se puede descartar, pero son muchos síes y soy muy escéptico, aunque si se encontrara alguna evidencia cambiaría de opinión", afirma Neil.
Jeremy Kamil cree que es difícil mantener este debate de forma honesta porque hay un "elefante en la habitación" con el que "debemos tener mucho cuidado". Los intereses geopolíticos que rodean al origen del SARS-CoV-2 pueden hacer que las investigaciones estén "politizadas", dada "la gran cantidad de desinformación" que hay.
Sea como sea, en lo que coinciden la gran mayoría de los científicos es en seguir redoblando esfuerzos para investigar de una manera más transparente el origen del Covid-19. De momento, todavía no hay evidencias claras de que saliera de un laboratorio.