El youtuber brasileño David Mafra ha realizado una cámara oculta para descubrir la reacción de los hombres heterosexuales ante una mujer con pene. En el vídeo, una joven, Ingrid Ohara, se mete en la parte de abajo del biquini un bulto que simula ser su pene, y se tumba boca abajo en una playa de Río de Janeiro. Cuando pasan los hombres, les llama y les pide que le den crema.
Ellos, encantados, acceden a sobar a la chica. Sin embargo, en un momento dado ella pregunta si le pueden echar crema también en la parte frontal, y ahí es cuando llega el problema. Por supuesto, ellos aceptan sin pensárselo dos veces ("¡esta quiere algo!", pensarán) pero, cuando bajan la mirada, ven el bulto bajo el biquini y reaccionan con rechazo, asco e incluso increpan a la joven.
"¡Qué es eso!", exclama uno, mientras aparta sus manos del cuerpo de la chica rápidamente. "Mis bolas", responde la joven con naturalidad. "¿Estás loca? ¡Pensaba que eras una mujer!", dice el hombre, y así de rápido se carga años de lucha por la libertad de identidad de género.
Hay dos tipos de actitud ante la primera petición. Una es más babosa, de sobar por sobar y comerse a Ingrid con los ojos. Otros, en cambio, intentan ligar con la joven y le preguntan el nombre, incluso aunque ella no muestre ni el más mínimo ápice de interés o flirteo. Y, a la hora de salir por patas, unos se van rápidamente, como si les fueran a contagiar algo, y otros aprovechan para dar alguna lección. Uno de ellos, que parece extranjero, llama a Ingrid travesti, mostrando ignorancia y falta de respeto al mismo tiempo.
La transfobia sigue siendo un problema
Aunque se le haya ganado mucho terreno a la homofobia, la transfobia sigue siendo un problema habitual. Muchas personas no aceptan que una persona se cambie de sexo o se salga de la clásica diferenciación de hombre o mujer. Por supuesto, para estas personas un hombre debe cumplir con una serie de características físicas concretas, y lo mismo ocurre con una mujer. Sin embargo, muchos colectivos y profesionales abogan desde hace tiempo la libertad de género y el derecho de cada persona a decidir cómo se quieren definir de cara a la sociedad, si es que quieren hacerlo.
Más allá de esto, resulta lamentable la actitud de los hombres del vídeo hacia Ingrid, a la que ven como un trozo de carne. Parece que, por el simple hecho de pedir que le echen crema, la mujer está intentando ligar o ir más allá, cuando en ningún momento muestra esa clase de actitud e incluso se podría decir que se esfuerza por ser antipática con ellos.
¿Creéis que en España pasaría lo mismo? Ahí queda el órdago por si alguien lo quiere averiguar.
