'Operación Triunfo' ha vuelto a convertirse en un fenómeno. Seis años han tenido que pasar para que el formato de Gestmusic volviera a renacer de sus cenizas después de la catastrófica edición presentada por Pilar Rubio en 2011 que vio precipitada su final tras solo cinco galas. Recuperando el espíritu de 'OT 1' gracias al reencuentro que todos vivimos en 2016, la novena edición del talent musical ha regresado a TVE pisando fuerte.
Gala a gala 'OT 2017' va creciendo en audiencia a la par que sus concursantes van convirtiéndose en artistas profesionales. Mientras tanto, las redes sociales vibran con todo lo que sucede en la Academia capitaneada por Noemí Galera y en los directos de cada lunes presentados por Roberto Leal. El casting ha sido fundamental para crear este fenómeno y es que los dieciséis jóvenes que entraron han conseguido enamorar al gran público gracias a su carisma y espontaneidad traduciéndose en una fuente de valores positivos tan necesarios hoy en día.
Valores sobre la diversidad, la tolerancia, el esfuerzo y el respeto. Cuando no atraviesa su mejor momento en términos de credibilidad, Televisión Española ha encontrado en 'OT 2017' una forma de hacer valer su vocación de servicio público gracias a grandes momentos como el beso de Marina a su novio trans en pleno prime time o la clase de Los Javis con Nerea en la que la concursante explicó la dura realidad del bullying que vivió en su infancia.
Más allá de esto y centrándonos en el puro concurso, la presente edición de 'Operación Triunfo' presenta un claro desgaste a tan solo seis galas. Un desgaste que hace perder el factor sorpresa y la emoción que se espera de un talent show. Y este desgaste tiene nombre propio.
Amaia Romero
Desde Pamplona y con tan solo 18 años, Amaia Romero ha sabido ganarse el cariño del público de una manera que no ocurría desde aquella inocente Rosa López en la primera edición del formato, lo que le hizo hacerse con el triunfo. Y parece que esto se repetirá con Amaia.
Su naturalidad, su espontaneidad y su inocencia la han convertido en una joya pese a que ni ella misma es consciente del efecto que provoca. Enamora a la cámara con miradas y sonrisas tímidas acompañadas de ya míticas coletillas como "qué horror" cuando le invaden los nervios. Una fragilidad que no se refleja sobre el escenario, al que se sube con una seguridad pasmosa fruto la amplia trayectoria y sabiduría musical que arrastra pese a su juventud.
En redes sociales la pamplonica también se ha convertido en carne de meme fruto de su patosismo innato. Las bromas de sus compañeros, su reacción cuando tuvo que ensayar con papel platino en la cabeza para fijar mechas en su pelo, sus conversaciones sobre pedos o la necesidad imperiosa que tuvo de ir a orinar justo antes de actuar en la Gala 5 han generado miles y miles de retuits a base de carcajadas y simpatía.
Más allá de su forma de ser, Amaia Romero también es consciente de dónde se encuentra y aprovecha al máximo su paso por la Academia. A cada momento podemos encontrarla al piano o a la guitarra interpretando una canción de Adele, descubriendo al público a un cantautor llamada El Kanka o la sintonía de 'Aquí no hay quien viva'. Porque así es ella, tan folclórica como musa indie.
¿Y la sorpresa?
La trayectoria de Amaia Romero en 'OT' ha sido ascendente, pero desde la Gala 1 se ha situado entre las favoritas del concurso musical. Desde entonces, no se ha bajado del podio llevándose el gato al agua en tres ocasiones de las seis galas emitidas hasta la fecha. Y la dinámica no parece que vaya a cambiar en abosoluto.
En las Galas 4 y 5 el coronado fue, sin embargo, Alfred García, gran beneficiado por el halo de Amaia. En las dos primeras galas el concursante no consiguió colarse entre los tres favoritos, pero en la tercera los profesores regalaron a la pareja la canción 'City of Stars', de la película 'La La Land'. El programa les dedicó prácticamente la semana. Enamoraron y entre ellos surgió una química que ha dado para el mayor shippeo de la edición y con ello reforzar sus posiciones como favoritos.
La lástima es que estamos olvidando que en la Academia hay más concursantes y mucho más talento. A lo largo de las galas todos hemos sido testigos de actuaciones que han superado con creces a las de Amaia y Alfred. En la cuatro Alfred fue elegido favorito del público pese a haber hecho una imitación de 'Amar pelos dois' de Salvador Sobral, tema que ya cantó en los castings y que los profesores le regalaron sin suponer un reto para él. La audiencia se olvidó de Agoney, quien tuvo la canción más difícil de la noche con 'Symphony' superándola con sobresaliente. Algo parecido ocurrió en la Gala 6, en la que Amaia volvió a sentarse en el trono gracias a 'So What' de Pink, canción con la que habría salido nominada de no haber sido salvada por el público tal y como aseguró el jurado. De nuevo se olvidaron de una gran voz. Nerea con su interpretación de 'Quédate conmigo', de Pastora Soler, puso al público en pie y emocionó a todos, pero de nada sirvió.
Esto también es trabajo de los profesores de la Academia. Sin desmerecer su labor, es necesario que pongan más retos a la pareja. Prácticamente todos los temas que han tenido que defender se han basado en regalos que les venían a medida. El primer reto de Amaia ha llegado con la canción de Pink después de más de un mes de concurso y con una base de fans más que asentada. Si los demás concursantes han de atravesar por difíciles retos, ellos deben hacer lo mismo.
'Operación Triunfo' necesita sorpresa. No pasa absolutamente nada porque uno de los grandes favoritos se coloque en la cuerda floja. Amaia puede salir nominada y salir reforzada de esta experiencia. Lo mismo ocurre con Alfred, al que ni el jurado se ha atrevido a nominarlo en la Gala 6 pese a haberse olvidado de la letra. Saber quién va a ganar y quién va a ocupar el segundo puesto desde la segunda semana del concurso le quita ilusión al mismo. Ellos pueden seguir brillando, pero reconozcamos el trabajo de los demás y dejemos que también brillen.