Cada persona tiene una manera de sobrellevar la muerte de un ser querido, pero la que ha escogido un anciano chino llamado Zhang Wenliang (no es su verdadero nombre) es poco habitual, tal como recoge el portal No Solo Manga.
Wenliang perdió a su mujer en 2015, un incidente muy doloroso para este jubilado que se encuentra ahora totalmente solo. Después de 40 años viviendo con su esposa, no sabía cómo enfrentarse a no estar siempre acompañado. Para superar la pérdida, se refugió en una muñeca sexual.
Compró una muñeca por unos 1.700 euros, un precio muy alto para un jubilado cuya pensión apenas alcanza los 250 euros. Pero esta muñeca se rompió después de un año por el uso. Wenliang amenazó a la empresa productora con denunciarla por su corto tiempo de utilidad, y la empresa se lo compensó. Le pidieron que les proporcionara una foto de su mujer cuando era joven para elaborar una muñeca a su imagen y semejanza. Ahora, Wenliang tiene una muñeca muy similar a su esposa, y la trata como tal. Todas las mañanas la prepara para el día y la viste con la ropa de su difunta mujer.
La historia del hombre causó mucho interés en la prensa china, tanto que un psicólogo decidió hablar con él para evaluar su salud mental. Se determinó que el señor Zhang tenía conductas sociales absolutamente normales, y que simplemente echaba de menos a su esposa.
La realidad supera a la ficción
La serie 'Black Mirror' acabará acertando más predicciones que los mismísimos 'Simpson': el escándalo sexual del Primer Ministro con un cerdo, el personaje caricaturesco que gana las elecciones y ahora la historia de un muñeco que sustituye a la pareja en la vida real.
En el primer capítulo de la segunda temporada, titulado 'Vuelvo enseguida', una joven pierde a su novio en un accidente, y encarga un robot que no solo es clavado a él, sino que habla y se comporta como él gracias al análisis de su comportamiento en las redes sociales.
Quizá el señor Zhang haya cogido la idea de la popular serie británica, pero en el fondo, por muy perfecta que sea la imitación, es imposible sustituir a un ser querido que ya no está.