Un rayo ha golpeado una línea eléctrica en las dunas de arena de Sand Hills de Nebraska y ha creado un material que no había sido identificado hasta la fecha, que podría abrir un nuevo capítulo en la historia de los cuasicristales.
Se trata del origen de un nuevo cuasicristal, con una composición nunca vista hasta la fecha, que se ha producido sin factores antrópicos e identificado por Luca Bindi gracias a la instrumentación de los laboratorios Unifi.
El descubrimiento de esta piedra se ha realizado en colaboración con los investigadores de la Universidad de Princeton, Caltech y la Universidad del Sur de Florida y ha sido publicado en la nueva edición de PNAS.
La descarga produjo temperaturas extremas (>1.710 °C) que llevaron a formar una fulgura, un tubo de arena fundida y derretida junto con rastros de metal conductor fundido de la línea eléctrica.
En el interior de la fulgurita se encontró un "cuasicristal dodecágona" compuesto por capas atómicas igualmente espaciadas, cada una de ellas con una simetría de 12 veces y orden cuasicristalino imposible para los cristales ordinarios.
Cuasicristales y fulgurosas
"Los cuasicristales son materiales en los que los átomos están dispuestos como en un mosaico, en patrones regulares que nunca se repiten de la misma manera, a diferencia de lo que ocurre en los cristales ordinarios", ha explicado Luca Bindi en un comunicado.
"Fue Dan Shechtman, galardonado después con el Premio Nobel por sus descubrimientos, quien estudió su estructura en los años 80, lo que hace valiosos para sus aplicaciones en diversos sectores industriales", añade.
El investigador cuenta con un trabajo a sus espaldas, relacionado con el estudio de la composición de este material formado en condiciones tan excepcionales. Además, también se ha centrado en las fulgurosas, producidas cuando el calor desarrollado por la descarga eléctrica funde la arena de sílice que contiene cuarzo.
"La muestra que analizamos se formó probablemente por la fusión de arena y material procedente de un tendido eléctrico derribado por la descarga de un potente rayo", explica el investigador.
"La presencia de vidrio silicio sugiere que había alcanzado temperaturas de al menos 1.710 ºC, y las investigaciones realizadas en el Centro de Cristalografía Estructural de la Universidad confirmaron que el cuasicristial tiene una simetría dodecágona prohibida por la cristalografía periódica y una composición no documentada anteriormente", ha añadido.
"Estos datos", concluye Bindi, "sugieren en qué direcciones podría ir la investigación de otros cuasicristales y aportan más elementos para desarrollar tecnologías capaces de sintetizarlos".