El jueves 23 de marzo da comienzo el Ramadán de 2023, una de las festividades más señaladas de las comunidades musulmanas en todo el mundo.
Aunque esta celebración conlleva otras muchas costumbres y creencias, la más conocida quizás sea la de ayunar durante las horas del día. Es decir, los fieles de esta religión no pueden ni comer ni beber desde que sale el sol -suhur- hasta que se pone -iftar-. Esto se hace durante el mes lunar, lo que quiere decir que este año el Ramadán finalizará el 21 de abril.
El ayuno puede alargarse durante 20 horas, y esto puede acarrear consecuencias para la salud. Cabe destacar que, aunque pueda parecer similar, el Ramadán no es igual que el ayuno intermitente, un tipo de dieta que siguen multitud de famosos y que ha ganado popularidad en los últimos años.
El Islam considera que el Ramadán debe ser obligatorio entre sus fieles, lo que conlleva abstinencia de comida, bebida y relaciones sexuales. Aunque hay algunas personas que están exentas de cumplir con el ayuno: personas con enfermedades crónicas, quienes se encuentren de viaje, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, las personas diabéticas o las mujeres que tengan la menstruación.
¿Tiene consecuencias la abstinencia que exige el Ramadán?
Ahmen Khawaja, de BBC World Service, explicó que el ayuno apenas tiene consecuencias graves en el organismo de una persona. De hecho, sostuvo que la clave está en los tres primeros días, puesto que son los más duros. Ocho horas después de la última comida, "el cuerpo recurre a la glucosa almacenada en el hígado y en los músculos para proporcionar energía", explicaba, a lo que añadía: "Una vez que se agotan las reservas de glucosa, la siguiente fuente de energía para el cuerpo es la grasa".
En ese momento, las principales consecuencias negativas son un aumento de la debilidad y del cansancio, dado que el cuerpo no se ha habituado. Además, pueden aparecer dolores de cabeza e incluso mareos, que desaparecerán una vez el cuerpo se habitúe.
En cuanto la deshidratación, para evitarla es importante que durante la noche se beba lo suficiente, ya que durante el día tampoco se puede beber agua. De hecho, si el Ramadán coincide en los meses más calurosos, la hidratación es aún más importante.
Durante la última mitad de Ramadán, el cuerpo se habrá adaptado completamente al proceso de ayuno. El colon, el hígado, el riñón y la piel pasarán por un período de desintoxicación. Pero para que no ocurran graves problemas de salud, una vez finalice el Ramadán, la alimentación deberá ser completa y no llevar el periodo de ayuno más allá de lo marcado. De lo contrario, una vez que los órganos se "desintoxiquen" y se haya quemado la grasa sobrante, la energía necesaria se extraerá de las proteínas, debilitando así a los músculos
