El presidente del Gobierno de España ha pedido a las cerca de 2.700 empresas que han trasladado su sede social fuera de Cataluña que vuelvan a la comunidad autónoma. Durante su discurso en la entrega de las X medallas de honor de Foment del Treball y de los premios Carles Ferrer Salat celebrado en Barcelona, Rajoy ha pedido confianza al mundo empresarial y ha implorado que no se marchen más compañías. Además, ha ofrecido diálogo a los independentistas pero dentro de la legalidad.
Tras la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre y ante la incertidumbre de una posible declaración unilateral de independencia por parte del Govern de Carles Puigdemont, miles de empresas grandes y medianas fueron trasladando su domicilio social -y algunas también el fiscal- a otros lugares ante la posibilidad de que se diera una legalidad paralela a la establecida.
Las mayores compañías catalanas representantes del Ibex 35 huyeron despavoridas del procés impulsado por el president debido a la desconfianza creada en la economía. Estas empresas representaban el 50% del PIB de Cataluña y se instalaron en otras comunidades de España que les ofrecían una garantía de futuro y estabilidad a sus cuentas y clientes.
Tal ha sido el drama económico provocado por la nula capacidad de diálogo entre los independentistas y el Gobierno central que la conocida empresa de cava Codorníu trasladó su sede social tras permanecer en la comunidad autónoma desde que se fundara en 1551 hasta La Rioja. El goteo de compañías que se alejaban de la inestabilidad catalaba se fue estabilizando con el paso de las semanas y ante la inminente llegada del artículo 155. Sin embargo, Rajoy ha vuelto a pedir -ya lo hizo cuando anunció la aplicación del 155- a las empresas que cesen su huida y que vuelvan.
Un futuro incierto
"Confío en la capacidad de los catalanes para encabezar una profunda rectificación de la deriva que hemos visto para propiciar un retorno a la realidad y a la convivencia y así reorientar toda la energía estérilmente malgastada y ocuparse de los problemas cotidianos de las personas", manifestó un Rajoy optimista sobre el futuro de Cataluña tras las elecciones del 21-D.
El presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà, intervino para pedir a Rajoy que pusiera en marcha medidas concretas que incentivaran el regreso de las empresas a Cataluña. Asimismo, Gay de Montellà solicitó al presidente del Gobierno un "plan de choque económico" para frenar las consecuencias a medio y largo plazo de la huida de miles de compañías de la comunidad autónoma.
Gay de Montellà mostraba así su preocupación por las terribles secuelas que impregnarán la economía catalana con motivo de esta huida despavorida del sector. Además, ha abogado por el "diálogo, la negociación y el pacto" desde una lealtad mutua entre la Generalitat y el Gobierno central. El presidente de la patronal catalana ha pedido recuperar la estabilidad y un marco de convivencia dentro de la legalidad y el orden constitucional.
Por otro lado, Gay de Montellà solicitó al presidente del Gobierno inversiones para impulsar el famoso corredor del Mediterráneo y una fiscalidad igualitaria en toda España que no penalice la actividad de los empresarios.
Juan Rosell, presidente de la CEOE, se mostró favorable a tender puentes de manera inmediata ya que, según ha declarado, "es la última oportunidad" de hacerlo. Rosell aboga por comenzar una nueva etapa tras el 21-D caracterizada por buscar los "grandes consensos" y por la "unidad" del país.
El futuro de Cataluña es más que nunca incierto. La ruptura social provocada tras el 1-O ha derivado en un duro enfrentamiento entre los catalanes y con el resto del Estado por primera vez en democracia. La convocatoria electoral del 21-D tiene todas las papeletas para mantener el status quo ya que, según la mayoría de las encuestas, los resultados serán parecidos a los que salieron de las urnas en los comicios de 2015. Las fuerzas independentistas (ERC, Junts per Catalunya -PDeCAT- y CUP) podrían acaparar la mayoría absoluta de los escaños, no así en votos.
Está por ver si el movimiento "inteligente" -según los propios soberanistas- de Rajoy de convocar elecciones en el periodo más corto posible surte efecto y se abre una nueva etapa de diálogo entre las fuerzas independentistas, constitucionalistas y las que abogan por terceras vías más diplomáticas.