Mariano Rajoy ha ofrecido este viernes 22 de diciembre un diálogo "dentro de la ley, constructivo, abierto y realista" al Govern que se constituya en Cataluña tras el resultado de las elecciones al Parlament.
A pesar de esta oferta, el presidente del Gobierno se ha negado a reunirse con el expresident Puigdemont en Bruselas y le ha instado a acudir a España para recoger su acta de diputado. El problema es que la Justicia le detendría de inmediato.
En este caso, Rajoy se ha remitido a la ganadora de los comicios, la líder de Ciudadanos Inés Arrimadas. La candidata naranja, sin embargo, sabe que no cuenta con los suficientes apoyos para acceder a la presidencia, por lo que dejará que los independentistas inicien la ronda de contactos mientras permanecerá en un segundo plano.
Os invito a ver mi comparecencia tras la reunión del Consejo de Ministros. #CMinpic.twitter.com/yXWOEaDvrO
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) 22 de diciembre de 2017
A pesar de las ofertas de diálogo, Rajoy también ha marcado una línea roja fundamental: el fin de la vía unilateral ("Espero que el nuevo gobierno abandone la unilateralidad y que no se sitúe fuera de la ley") y la continuación del procés sin abandonar el marco legal. "No aceptaré que nadie se salte la Constitución, ni la ley, ni el estatuto de Cataluña", ha asegurado el presidente.
Rajoy también ha aprovechado para criticar la actual situación social que vive Cataluña: "La fractura en la sociedad catalana es muy grande. Llevará su tiempo recomponerla y esa debe ser la primera obligación de todos los partidos políticos. La necesaria reconciliación debe venir desde el respecto a la ley y a todos, las minorías y las mayorías".
La aplicación del 155
El presidente también ha hecho mención a la aplicación del artículo 155. Su partido en Cataluña ha quedado en la irrelevancia (solo 3 escaños), ha dejado su hueco a Ciudadanos y, sobre todo, no ha conseguido frenar la deriva independentista.
"Convocar elecciones era mandar un mensaje a todos", ha asegurado, tras lo cual ha añadido: "La situación era excepcional, nos obligó a cesar al Gobierno y nos aconsejó decirle a la gente que no teníamos la intención de estar allí indefenidamente".
Este último argumento sirve para acallar las críticas internas que reclamaron un 155 prolongado en el tiempo y con un gobierno impuesto desde Moncloa. Una petición por la que apostó especialmente el líder del PPC Xavier García Albiol. "he llegado a oír hablar de estar allí cuatro años. ¿Pero cuánto tiempo querían que estuviéramos allí?", se ha preguntado el líder del Gobierno.
Rajoy continuará como presidente del Gobierno
En mitad de las críticas a la gestión de la crisis catalana, las voces que han pedido un adelante electoral han crecido rápidamente. Rajoy ha asegurado que no piensa dimitir ni adelantar los comicios: "El Gobierno sigue adelante. Las legislaturas son para cuatro años, porque a la gente no se le puede estar obligando a estar yendo constantemente a las urnas", ha afirmado tajantemente.
El presidente considera que "después de todo lo que está pasando en España, lo último que nos faltaba era convocar elecciones generales" y ha afirmado: "Estamos en condiciones de gobernar. Intentaré que la legislatura termine cuando toque, que es a mediados de 2020", ha asegurado.
"No creo que nos hayan castigado por activar el artículo 155 porque quien ha ganado las elecciones lo ha apoyado -en referencia a Ciudadanos. Ha sido la concentración del voto", ha afirmado en relación a que la debacle en Cataluña se pueda trasladar al resto de España.
"Una cosa son las autonómicas en Cataluña y otra las autonómicas y las provinciales en otros lugares de España, o las generales", recuerda el presidente, en referencia a la pérdida de la condición de 'voto útil' frente al independentismo que le ha arrebatado Ciudadanos por la derecha.
El problema que ahora enfrenta Rajoy se basa en que todo ha cambiado para que siga igual en el fondo. Todo apunta a que Puigdemont será investido nuevamente como president y los partidos constitucionalistas continúan sin los escaños suficientes para formar gobierno. En esta ocasión, el 155 no servirá para frenar un nuevo desafío institucional.
