Bienvenidos al siglo XII. Resulta indignante, triste y desolador que hoy en día se siga utilizando a la religión para amparar comentarios y conductas homófobas, con el único objetivo de separar, señalar y crear odio de la manera más gratuita y penosa posible. Atravesando un periodo difícil en el que se está viviendo un repunte de estas conductas de rechazo, sangra especialmente que líderes religiosos alenten la homofobia hasta el punto de incitar los asesinatos.
Eso es precisamente lo que ha ocurrido en Jerusalén causando un gran impacto en la sociedad. El rabino Shlomo Amar concedió una entrevista en la que tildó a la comunidad LGTB de "culto a la abominacion" señalando que la Torá -libro judio sagrado- obliga a matarlos.
Shlomo Amar, recoge Jerusalem Online, reconoció que se negó a asistir al funeral de Shira Banki, de 16 años, asesinado por un hombre ultraortodoxo durante el desfile del Orgullo LGTB de Jerusalén el año pasado. "Lo llaman una orientación, pero es una tontería", dijo, añadiendo que "una persona puede superar sus deseos si quiere".
Varios miembros de la comunidad LGBT han presentado denuncias a la policía contra el rabino por incitación al asesinato, después de que dijera en la entrevista que la Torá obliga a matar a las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Shirley Kleinman, una activista transgénero LGBT, se filmó presentando la queja y alentó a otros a hacer lo mismo. "Una figura pública influyente, que recibe su sueldo de mi bolsillo, acaba de llamar al asesinato de mis hermanos y hermanas", escribió en su página de Facebook. "Ejerzan su derecho como ciudadanos y presenten una queja, incluso si usted no es parte de la comunidad", agregó. "Asegurémonos de que este hombre no permanezca en una posición pública, no es un debate antireligioso, no tengo nada en contra de la religión, sólo me interesa proteger mis derechos y los de todos".