Perder peso puede convertirse en una ardua tarea, momento en el que muchos pueden llegar a plantearse una duda: ¿cómo puede llegar a conseguirse esta meta bajo la manida ley del mínimo esfuerzo? Porque en muchas ocasiones no se trata de simple pereza. Con los horarios en los que nos encontramos, nuestras obligaciones... tener la rutina de acudir a un gimnasio para pasar varias horas puede convertirse en una auténtica quimera.
Si esta es tu situación, quizás puedes llegar a plantearte otras alternativas para perder peso. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que esta meta debe plantearse de manera progresiva, es decir, que se irá cumpliendo poco a poco y no de manera rápida.
Por tanto, esa ley del mínimo esfuerzo puede existir en la medida en la que hay una serie de ejercicios que permiten conseguir la pérdida de peso con menos trabajo que otros, pero igualmente, rebajar esos kilos llevará algo de trabajo.
¿Qué tal salir a andar todos los días?
Perder peso, como hemos comentado, puede ser fruto de una tarea progresiva, pero también muy gratificante, porque nos puede ir adentrando en un estilo de vida más saludable, siempre y cuando lo planteemos como una meta a largo plazo y en unos estándares admisibles para nuestro bienestar.
Es recomendable reservarse al día entre 30 y 40 minutos diarios para algún tipo de actividad deportiva, ya que sin déficit calórico no se puede realizar pérdida de peso. Este ejercicio puede ser una larga caminata, si pudiera ser, a un paso ligero y todavía mejor si nos situamos en los 10.000 pasos. Para calcularlo, podemos contar con una pulsera de actividad o nuestro teléfono móvil. Los primeros días nos pueden servir para establecer rutas y, a partir de ahí, ir generando algún tipo de rutinas que, pese a ir modificando, nos permitan ir calculando los paseos que podemos realizar para que no faltemos a nuestra cita diaria con el deporte saludable.
Si hacemos los 10.000 paso estaremos realizando alrededor de 7 kilómetros. Al principio parecerá mucho y, quizás, conviene empezar reduciendo la cantidad para ir aumentando progresivamente, de manera que no nos frustremos y rechacemos el ejercicio. Con el paso de las jornadas, nuestro cuerpo se irá adaptando e incluso nos volveremos 'adictos' a este deporte por los múltiples beneficios emocionales (sobre todo a nivel de dopamina) que irá generando.
Recuerda aprovechar zonas con pendiente e inclinación para que el déficit de calorías sea aún mayor. Puedes ir cambiando de zona si aprecias que el ejercicio se está haciendo aburrido y monótono, así también irás descubriendo partes de tu barrio o ciudad que quizás no conocías. También puedes aprovechar los días libres para hacer alguna escapada a la naturaleza.
Según avances en los entrenamientos y caminatas te irás sintiendo más cómodo y enérgico. Gracias a ello, podrás avanzar en otro tipo de entrenamientos de musculación, que no tienen por qué ser ejercicios de pesas, sino simplemente workouts más funcionales de alta intensidad para aumentar el número de calorías quemadas y empezar a tonificar.
