Manuel Delgado Villegas, considerado como el mayor asesino en serie de España, fue apodado Arropiero porque su padre vendía arrope, un típico dulce de higos. Este criminal llegó a confesar hasta 48 asesinatos. Además, también practicó la necrofilia con sus víctimas, en concreto con tres de ellas: su novia, una turista francesa y una mujer de 68 años.
Manuel Delgado fue condenado en el año 1994 a 141 años de prisión por sus crímenes. Aunque se sospecha que cometió muchos más asesinatos, solo fue condenado por nueve de ellos, ya que del resto no pudo probarse su participación.
Para situar los hechos. En el año 1971, la policía, acompañada por el asesino, encontró el cuerpo en descomposición de una mujer en un descampado gaditano. Se trataba del cadáver de Antonia. El día de autos llevó a la mujer en moto hasta esa ubicación para tener relaciones sexuales con ella. Llegado el momento, sintió el impulso de matarla, así que, durante el acto, decidió estrangularla con sus propias medias. Tras lo sucedido, Manuel volvió al lugar de los hechos para practicar necrofilia con ella.
Durante su juicio, se mostró completamente impasible ante lo que había hecho, llegando incluso a alardear de sus hazañas ante los investigadores y la opinión pública.
¿Quién fue "El Arropiero"?
Manuel nació el 25 de enero de 1943 en la capital hispalense. Tuvo una infancia difícil, pues vivió en España en época de posguerra, además de que su padre les abandonó a él y a su hermana tras la muerte de su madre, para casarse con otra mujer. Entonces fue criado por su abuela y otros miembros de su familia, quienes abusaron de él físicamente, propinándole golpes y palizas, lo que hizo que la personalidad de Manuel cambiara por completo.
Dado su fracaso en la escuela debido a su tartamudeo y dislexia, decidió ingresaren la Legión cuando cumplió los 18 años. En este lugar aprendió un golpe por el que sería conocido y que la policía denominó como "el golpe del Legionario", que consistía en propinar a la víctima un fuerte impacto con la mano abierta en su cuello.
No duró mucho en este sitio. Hay versiones que cuentan que fue por su adicción a la marihuana, lo que hizo que empezara a tener ataques epilépticos, y otras que dicen que fue él mismo quien decidió dejar la Legión. Tras esto de dedicó a mendigar, además de ejercer como proxeneta en Barcelona. Allí descubrió su problema sexual, el anaspermatismo, es decir, ausencia de eyaculación.
Fue detenido varias veces por la Ley de Vagos y Maleantes, pero no ingresó en prisión, sino en centros psiquiátricos, ya que "escenificaba" una serie de convulsiones. Nadie sospechaba que pudiera matar a una persona, hasta que fue detenido tras la muerte de su novia, Toñi, ya que unos vecinos le vieron pegándola el día de su desaparición. Su detención fue casi accidental, cuando le detuvieron el 18 de enero de 1971 en el Puerto de Santa María. En un principio negó los hechos, pero Salvador Ortega, criminólogo e Inspector de Policía consiguió que confesase no solo ese crimen, sino hasta 43 más.
Su modus operandi para realizar los crímenes era frecuentar estaciones de tren y autobús para seleccionar a sus víctimas. Elegía a personas vulnerables, como gente sin hogar o en situaciones de riesgo. Tras matar a sus víctimas, robaba sus pertenencias y las vendía. Muchas veces ni siquiera conocía a estas víctimas.
Tras su detención fue sometido a toda clase de terapias, e incluso a electroshocks y camisas de fuerza química. Todo ello hizo que su aspecto final se convirtiera en el de un anciano con aspecto diabólico. Dieciocho años más tarde fue trasladado por motivos familiares a la prisión de Santa Coloma de Gramalet, en Barcelona. Con el nuevo Código Penal que se le aplicó en 1988, quedó prácticamente en libertad. Estuvo como vagabundo en la capital catalana, hasta que murió a sus 55 años en un hospital a causa de una enfermedad pulmonar provocada por el tabaco.
