La Guardia Civil de Sant Vicent del Raspeig, Alicante, está investigando a un hombre de 32 años como posible autor de un delito de daños. Se le acusa de quemar, supuestamente, 15 motos de un Telepizza. Todo apunta a que el móvil del acusado podría ser la venganza contra la empresa por despedir a su pareja sentimental.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 7 de noviembre, cuando el garaje donde se encontraban estacionados los vehículos comenzó a arder. Al llegar los bomberos y las fuerzas de seguridad encontraron las motos totalmente calcinadas. Además se tuvo que desalojar a todo el edificio para evitar bajas por inhalación de humo.
Se estima que los daños se elevan a los 30.000 euros, sin contar los desperfectos que sufrieron las instalaciones.
En una primera inspección, los agentes encontraron indicios de que el incendio pudo haber sido provocado, por lo que activaron el protocolo correspondiente para estos casos. El Equipo de Incendios del laboratorio de la Policía Judicial de la Zona de Valencia se desplazó hasta el lugar de los hechos para elaborar un informe técnico policial.
Con dicho documento, las fuerzas de seguridad comenzaron una investigación, donde recabaron testimonios de numerosas personas. Después de todos los interrogatorios, se encontraron contradicciones en el relato de uno de los sospechosos, un hombre español, que pudo haber cometido el delito empujado por el despido de su novia.
Por amor siempre se hacen grandes locuras
Todo buen fan de Hércules, recuerda esta frase que pronuncia Megara antes de morir al arriesgar su vida por el héroe. Y es que la historia está llena de grandes hazañas movidas por la pasión más fuerte que conoce el ser humano.
A algunos este relato les resultará conmovedor y a otros les pondrá los pelos de punta. Es el caso de Carl Von Cosel, un médico alemán que se obsesionó con una de sus pacientes, la cual murió de tuberculosis. Era tal el deseo por ella que robó su cadáver y vivió con su cuerpo momificado.
La siguiente conmovedora locura viene de la mano de Lui Goujiang, que tuvo que huir a una cueva con su amada para poder vivir su amor. Con el fin de que su novia pudiera salir de la cueva y subir la dura ladera hasta la civilización, construyó a mano una escalera de 1.500 peldaños. Hoy en día se la conoce como 'La escalera del amor' y es un lugar de peregrinaje.
Por último tenemos el sacrificio de Eduardo VIII, el cual renunció a la corona de Inglaterra en 1936 para casarse con Wallis Simpson, una mujer divorciada llegada de Estados Unidos. En este caso si que podríamos decir: "Mi reino por una de tus sonrisas".