Suszanne Dunne nunca imaginó lo que le podría pasar tras darse una simple y rutinaria ducha. Esta enfermera de Dublín se ha quedado ciega a causa de un parásito que, literalmente, le devoró el ojo según relata el diario irlandés Irish Mirror. El gusano se colocó detrás de la lentilla al entrar en contacto con el agua muy caliente y poco a poco se abrió camino hasta su córnea.
Dunne explicó que los hechos se dieron poco a poco. Sus ojos comenzaron a volverse más irritables, hasta tener un dolor grave a causa de una infección. "A las siete de la tarde, dije que iba a la cama, pero a la una de la madrugada me desperté y estaba ciega. No sabía lo que estaba sucediendo porque todo era negro" añadió.
Caso extraño pero no único
El parásito es conocido como Acanthamoeba y su hábitat es el agua, sobre todo cuando las condiciones son más cálidas, ya que con el calor se multiplica. Este entró en su ojo porque el agua de la ducha estaba demasiado caliente y al entrar se quedó atrapado tras la lentilla, por lo que el único camino que le quedaba era abrirse paso a través de la córnea de Dunne, dejándola ciega.
Según advirtieron los médicos, se trata de un caso extraño y aislado, sin embargo posible. Asimismo, no pudieron hacer nada para salvarle la visión después de la operación y el tratamiento al que se sometió. 1 de cada 50.000 usuarios de lentillas sufre esta infección. Para evitar ser ese pequeño porcentaje, los facultativos recomiendan extremar las precauciones después de utilizar las lentillas en una ducha o después de hacer deporte o nadar con ellas.