El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha renunciado a la carrera por la reelección al frente del Partido Demócrata. Su decisión se produce después de semanas con fuertes presiones para que renunciara, ante los lapsus que ha evidenciado en sus actos públicos (especialmente notorio fue en la cumbre del G7 en Italia, cuando se marchó de la conversación con el resto de líderes y fue rescatado por Giorgia Meloni; o cuando confundió a Zelenski con Putin), pero especialmente tras el desastroso debate que protagonizó contra Donald Trump en CNN.
La renuncia de Joe Biden, que ofrecerá una conferencia de prensa para explicar los motivos de su renuncia, ha provocado una fuerte reacción internacional, pero también su hasta ahora oponente, Donald Trump, que ha celebrado con una publicación en su propia red social, Truth: "El establishment de Washington, los medios que odian a Estados Unidos y el corrupto estado profundo hicieron todo lo posible para proteger a Biden, ¡pero él ha acabado abandonando la campaña".
Se abre ahora un escenario de incertidumbre. Las elecciones en Estados Unidos se celebrarán el próximo 5 de noviembre de 2024 y, hasta ahora, todo el trabajo en el Partido Demócrata se había enfocado en fortalecer la campaña de su candidato Joe Biden, incluyendo la recogida de fondos bajo su nombre y apellidos.
Se trata de casi 96 millones de dólares recaudados para la dupla Biden-Harris, que solo se podrían emplear en el caso de que la vicepresidenta asumiera el liderazgo: "dado que Biden y Harris comparten un comité de campaña, la vicepresidenta y la persona compañera de fórmula pueden seguir utilizando los fondos existentes de la campaña para las elecciones generales si ella figura en la candidatura demócrata como candidata a la presidencia o a la vicepresidencia", ha afirmado Trevor Potter, fundador y presidente del Centro Legal de Campañas, en un comunicado.
El horizonte de la candidatura demócrata
El nombre hacia el que apuntan todas las miradas en este momento es, precisamente, Kamala Harris. Sería la primera mujer en alcanzar la presidencia, con orígenes asiáticos y afroamericanos, que escenifica la completa alternativa a Donald Trump, fundamentado en un discurso de fuerte control de fronteras que ha sido tildado en multitud de ocasiones de xenófobo.
joe Biden ha apostado por ella como su sucesora y cuenta con gran consenso dentro de los demócratas, sin embargo, hay importantes figuras que han evitado otorgarle un apoyo explícito. Se trata del ex presidente Barack Obama, la ex presidenta de Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, o el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, que todavía no han aclarado su posturas.
A pesar de que Kamala Harris cuenta con conexión entre el electorado afroamericano, simpatiza con las minorías y tiene 19 años menos que Donald Trump, hasta ahora la mayoría de encuestas le han otorgado un horizonte similar a Joe Biden y, con ello, una desventaja frente al aspirante republicano.
Al contrario de lo ocurrido con Joe Biden, Kamala Harris sí ha generado buena sensación en los debates electorales y tuvo grandes críticas durante su encuentro con el ex vicepresidente Mike Pence en las pasadas elecciones.
Sin embargo, su vicepresidencia ha cosechado críticas, especialmente relacionadas con su baja presencia mediática, sus escasas apariciones en público o la falta de conexión con los votantes, que se puede traducir en cómo gestiona su carisma personal de cara al electorado, especialmente cuando en el lado contrario se encuentra un aspirante que apuesta prácticamente todo a esta lanza.
Kamala Harris no es la única persona que ha entrado en las quinielas para suceder a Joe Biden. Entre otros nombres destacados se encuentra Pete Buttigieg, actual secretario de Transportes y que abandonó las primarias del partido en 2019, con solo 37 años, al considerar que su carrera política se podía quemar demasiado rápido ante lo que se veía como una clara victoria de Donald Trump. También han entrado nombres como la ex primera dama Michelle Obama, Gretchen Whitmer o el multimillonario JB Pritzker.
Cuenta atrás para las elecciones
El vacío en la candidatura demócrata abre un escenario incierto en estos momentos. A tan solo cuatro meses de las elecciones presidenciales, la formación se encuentra sin candidato oficial, mientras que en el Partido Republicano se ha trabajado la campaña con Donald Trump, cuenta con el legado de su presidencia y ha tomado gran protagonismo tras el frustrado intento de asesinato por el que han reclamado una comparecencia de la jefa del Servicio Secreto.
Mientras tanto, los demócratas han trabajado hasta la fecha en una candidatura sin recorrido y en la que han salido a la luz las presiones internas para la renuncia de Joe Biden, por la que se han apurado demasiado los tiempos y ha exhibido una imagen de debilidad.
El horizonte de las elecciones solo lo marcarán las urnas, sin embargo, el camino hacia el retorno a la vicepresidencia se allana todavía más para Donald Trump con la sucesión de acontecimientos, e incluso ya dibuja un claro sucesor en el partido, su aspirante a vicepresidente J. D. Vance.
