El magante Elon Musk ha alcanzado todo el poder en Estados Unidos. Propietario de la red social X, fundador de Tesla e inmerso en la carrera espacial con su proyecto Space X; ahora toca el bastón del mando político al frente del Departamento de Eficiencia del Gobierno.
La alianza entre el empresario y Donald Trump nunca fue un secreto. El magnate ha participado activamente en la campaña del aspirante republicano, con el que comparte multitud de postulados en cuestiones sociales, económicas y, también, de guerras culturales.
Mientras que la antigua Twitter dejó a Donald Trump sin un espacio público (llegó a suspender su cuenta), la compra de Musk y su transformación en la red social X ha llevado a señalar esta plataforma como un altavoz de discursos ultra y alineados con políticos de su cuerda, entre ellos los presidentes de El Salvador, Nayib Bukele, o Argentina, Javier Milei.
Una reforma
En todo caso, el cometido oficial de Elon Musk en la Administración del país estará enfocado en lo económico. El nuevo jefe del Departamento de Eficiencia del Gobierno está llamado a recortar el gasto público y mejorar la competitividad adoptando el dogma neoliberal más acérrimo, en una presidencia que hace gala paradójicamente de una política autárquica, tendente a un aislacionismo y el combate de lo que denomina 'globalismo'.
Una reforma de la Administración destinada a la mayor doctrina en el gasto, la desregulación de la economía y la reducción de impuestos, en un país que ya adolece de un sistema de protección social bastante exiguo atendiendo a su peso en la economía como primera potencia global y su PIB.
Estos movimientos ponen sobre el foco la mejora de la competitividad de la economía estadounidense y tomar músculo ante un recrudecimiento previsible de la guerra comercial con China que ya adoptó intensa fuerza durante su mandato anterior.
El primer encargo de Donald Trump ha sido precisamente la elaboración de un estudio sobre cómo abordar la reforma de la economía para la mejora del crecimiento y competitividad. El encargo cuenta con la colaboración del empresario y ex candidato presidencial Vivek Ramaswamy, y se enfoca en la reducción de aproximadamente dos tercios del gasto público, excluyendo el pago de intereses de la deuda.
La fecha para la publicación de sus conclusiones tiene un marcado carácter simbólico. El plazo termina el 4 de julio de 2026, cuando Estados Unidos celebrará los 250 años de la Declaración de Independencia, en la que aspira a mostrar su gran proyecto económico.
No se han fijado, en todo caso, objetivos delimitados, pero tampoco se ha detallado cómo se quiere abordar este cometido que llevará a adelgazar la Administración e imponer una estricta disciplina económica en el gasto.
El cometido de Elon Musk en esta legislatura aparenta, por tanto, despertar los valores más neoliberales en la economía estadounidense, que alcanzaron su máximo apogeo en la década de 1980, en una alianza entonces entre el presidente Ronald Reagan y la primera ministra británica, Margaret Thatcher, que dio impulso a los valores conservadores y sirvió de pinza frente a una Unión Soviética ya muy debilitada en el tramo final de la Guerra Fría.
Una política muy enfocada en reducciones de impuestos, recortes del gasto social y una primacía del individualismo que bebe de los valores protestantes más acérrimos; que fue determinante también en las políticas que guiaron a la Unión Europea tras la crisis de 2008.
¿Qué capacidad de poder tendrá Elon Musk?
A pesar de que el Departamento de Eficiencia del Estado donde se situará el magnate todavía no ha sido creado, es complicado que pueda constituirse como un departamento del Gobierno porque requiere una Ley del Congreso, por este motivo, estará enfocado hacia un grupo consultivo que colaborará con la Ofician de Gestión del Presupuesto.
Este organismo con el que colaborará el fundador de Tesla es el encargado en la Casa Blanca de elaborar el proyecto de presupuestos que el presidente presentará a finales de cada febrero.