La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decretado la emergencia de salud pública a nivel internacional por la expansión de la viruela del mono, con un fuerte aumento de casos en República Democrática del Congo (RDC), epicentro del brote.
Por este motivo, se prepara ahora una respuesta internacional coordinada, que implicará la movilización de recursos como vacunas y pruebas diagnósticas, siempre con el objetivo de frenar en la medida de lo posible el avance de la enfermedad.
Alerta por viruela del mono
La viruela del mono o mpox es una infección vírica relacionada con la viruela. Su conexión es tan estrecha que se considera a aquellas personas nacidas hasta 1980 como inmunizadas porque entonces era obligatoria la vacunación contra la enfermedad.
Los síntomas habituales comprenden fiebre, dolor de cabeza, inflamación de ganglios linfáticos y dolor muscular. Después aparece una erupción típica, habitualmente en cara, manos y pies. La enfermedad habitualmente remite y se cura por completo, aunque representa un riesgo especialmente en personas con patologías previas, supresión inmune o colectivos como niños.
Medidas
A pesar de esta declaración, la OMS todavía no ha decretado la pandemia internacional. Ademas, la Unión Europea no recomienda el control de las fronteras ni la vacunación masiva contra la enfermedad, de la que ha aumentado el riesgo de "muy bajo" a "bajo", que ha mantenido durante las últimas jornadas.
El virus de la viruela del mono se contagia habitualmente por contacto estrecho prolongado con las gotitas respiratorias de la persona infectada (más de cuatro horas o contacto sexual); tocar ropa, sábanas o mantas; o contacto directo con sarpullidos, costras o fluidos.
De este modo, la Clínica Mayo de Estados Unidos recomienda a toda la población intensificar el lavado de manos, evitar tocar textiles infectados o animales que hayan contraído la enfermedad. Además, señala entre sus recomendaciones el aislamiento en caso de enfermedad y evitar el contacto estrecho en la medida de lo posible.
Sin vacunas en RDC y con una mortalidad del 4,5%
Precisamente, los niños han sido en RDC las principales víctimas, puesto que son quienes han registrado la mayoría de casos y muertes. Se ha fijado ene este país, sacudido por la guerra y la fuerte escasez, una mortalidad del 4,5%, la mayoría de casos en niños.
Mientras que los laboratorios cuentan con excedentes de vacunas y se abren a vender su stock, la mayoría de la población en República Democrática del Congo (RDC) no está inmunizada y ni siquiera tiene acceso a las vacunas imprescindibles.
Los datos evidencian que la mayoría de transmisiones en el país no se están produciendo por vía sexual, sino por contacto cercano o aerosoles respiratorios. De todos modos, no es la primera ocasión en que la enfermedad se expande por el país, y en 2023 se registró un brote en Kivu del Sur que sí se identificó por vía sexual.
La viruela del mono no es una enfermedad nueva, sin embargo, su expansión se ha producido desde 2022, cuando se registró la primera alerta mundial por esta patología. Las vacunas no están llegando a donde se necesita y la declaración de la OMS pretende movilizar estos recursos en el país, siguiendo las peticiones de los Centros Africanos para el Control de Enfermedades, que había iniciado negociaciones para proporcionar 200.000 dosis, tan solo una fracción de las realmente necesarias.
Variantes
La viruela del mono ha dejado por el momento dos variantes. El clado II, originario de África occidental, es menos grave y cuenta con una mortalidad del 1%. Sin embargo, el clado II, de África central, dispara el riesgo letal hasta el 10%, lejos del 0,7% fijado para el coronavirus.
Los brotes se han ido extendiendo y solo en este año 2024 se han detectado en África central más casos que en los dos ejercicios previos. Su expansión se aprovecha de la baja inmunidad de la población, tanto en el continente como fuera, porque la vacuna contra la viruela tradicional se dejó de aplicar con el cese de esta enfermedad.
La alerta que ahora emite la OMS se vincula al clado I, el más mortífero. Tiene mayor tasa de letalidad, pero también diferentes mutaciones que potencian su propagación entre personas. Los cambios y la falta de inmunidad provocan que la mayoría población sea vulnerable al virus.
