La búsqueda de Tomás Gimeno continúa en un radio de 10 millas cuadradas frente al litoral de Santa Cruz de Tenerife. Allí, el buque del Instituto Español de Oceoanografía, Ángeles Alvariño, que encontró el cuerpo de Olivia, de 6 años, sigue intentando localizar a Anna y Tomás Gimeno.
La investigación apunta a que Tomás Gimeno se suicidó lanzándose al mar tras haber acabado con la vida de sus hijas. Sin embargo, esta afirmación no se puede demostrar sin su cuerpo, por lo que el caso podría permanecer sin resolverse durante años e incluso décadas, alargando el sufrimiento de Beatriz y la familia.
De hecho, la familia tendría que esperar un plazo mínimo de 10 años para superar el plazo destinado a las personas desaparecidas, hasta que finalmente Tomás Gimeno fuese declarado oficialmente fallecido: hasta entonces, sería considerado como vivo a todos los efectos.
Con ello, queda una espera de, al mínimo, una década desde el día en el que se produjo la desaparición, el 27 de abril. Entre otros aspectos, declarar a alguien fallecido tiene efectos a la hora de realizar sucesión de bienes.
Prescripción de delitos
Otro punto se encuentra en la prescripción de un delito como el de asesinato, que la Justicia española contempla a los 20 años, como mínimo, desde que sucede el acto, siempre cuando se haya impuesto la pena o sea igual o superior a 15 años. La Justicia también puede archivar provisionalmente la causa y reabrirla en función de que aparezcan nuevas pruebas.
Por el momento, Tomás Gimeno sigue desaparecido. Mientras que el Ángeles Alvariño sigue realizando las labores de búsqueda, sobre el padre de las menores pesa una orden de captura internacional por asesinato. Aunque los investigadores consideran que Gimeno habría muerto durante la noche en la que se produjeron los crímenes.