Venezuela encara un nuevo capítulo en la fuerte crisis política en que vive enquistada, con un fuerte clima de polarización y denuncias sobre el reconocimiento de los resultados electorales. Los comicios se celebraron el 28 de julio de 2024 y la votación quedó bajo la sombra del amaño electoral, puesto que los observadores externos no dieron su aval y el Gobierno no publicó las actas electorales que, según la oposición, les conceden realmente la victoria.
El candidato opositor, Edmundo González, primero huyó a España ante el riesgo de ser detenido, mientras que la líder de la oposición, María Corina Machado, ha permanecido en paradero desconocido. Hasta que, varios meses después, Nicolás Maduro se prepara para su toma de posesión presidencial.
Con motivo de este acto, Machado ha reaparecido en las calles de Caracas en multitudinarias manifestaciones que se han extendido en otros puntos del planeta. En Madrid, en la Puerta del Sol, miles de venezolanos también han cargado contra lo que denuncian como una manipulación de las elecciones.
Edmundo González se reconoce como el vencedor real y está dispuesto a regresar a Caracas tras un periplo en el que ha recorrido varios países como Argentina o República Dominicana para internacionalizar su causa y lograr reconocimiento internacional.
Aislamiento
A diferencia de otras ocasiones, Nicolás Maduro afronta esta toma de posesión aislado de socios tradicionales, como la izquierda latinoamericana. Colombia, Brasil o Chile se han negado a enviar ninguna representación al acto en el que se proclamará a Maduro, tampoco España, gobernada en la actualidad por una coalición de PSOE y Sumar.
Por el contrario, sí se espera la presencia de representantes internacionales procedentes de Rusia, China, Cuba o Irán. Especialmente La Habana es un socio incondicional de Venezuela, a quien le une lazos de interdependencia y una pinza con la que sortear las sanciones internacionales.
También ha acudido en apoyo del presidente venezolano el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al-Ghais, en una comitiva en la que también participa el Secretario General del Foro de Países Exportadores de Gas, Mohamed Hamel, que han expresado su "rotundo apoyo" a Maduro: "Venezuela ha jugado un rol muy importante para la OPEP desde su creación, y por eso estamos aquí para apoyarlos", ha declarado Al-Ghais.
El agujero de las votaciones
El principal escollo de la crisis son las actas de votación que el Gobierno no ha publicado y han alimentado la sombra del amaño electoral. El Consejo Nacional Electoral (CNE) mantiene que Maduro logró el 51,2% de los votos, mientras que Edmundo González se habría conformado con el 44,2%.
Durante el proceso se denunció un presunto ataque informático procedente de Macedonia del Norte que habría "ralentizado el envío de actas para el escrutinio nacional". El CNE es un órgano próximo al oficialismo y sigue sin publicar las actas que respaldan los resultados que anuncia.
Estas dudas sobre el veredicto real de los comicios han alimentado multitud de manifestaciones por todo el país, a las que se ha sumado la comunidad exterior venezolana, lo que ha generado una importante internacionalización del conflicto.
El régimen ha respondido por el momento a las protestas por la sospecha de amaño electoral con la detención de cientos de manifestantes. El último caso en este sentido lo ha experimentado la líder opositora María Corina Machado, que fue retenida por las fuerzas chavistas y actualmente se encuentra en un lugar desconocido.
La proclamación de Edmundo González como vencedor
Frente a la opacidad de las instituciones venezolanas en relación a los resultados, la oposición recopiló durante el cierre de los colegios electorales las actas de las mesas para poder transmitir el verdadero resultado de los comicios, sin filtros.
En total se logró la digitalización del 85,18% de las actas, que otorgarían la victoria a Edmundo González con el 67% de los votos. Además de que estos resultados se pueden consultar en una página web de acceso libre, las actas originales han sido presentadas ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) por el Centro Carter, una organización independiente que actuó como observador independiente en el proceso electoral.
Estos comicios han ahondado en la crisis política en la que está enquistada Venezuela, con dos posiciones cada vez más enfrentadas y distanciadas: el apoyo al oficialismo y la población que se mueve políticamente ante lo que califica de dictadura.
El candidato opositor, Edmundo González, que ha permanecido en Madrid desde las elecciones, ha realizado una gira internacional para internacionalizar la causa y presionar para que se le permita asumir la presidencia. Su intención es viajar a Caracas para tomar posesión como presidente, como expresó abiertamente en un encuentro con el presidente argentino, Javier Milei, en Buenos Aires.
El chavismo, mientras tanto, ha intensificado la represión. Una de las personas recientemente detenidas ante la toma de posesión es el yerno de González, Rafael Tudares, arrestado cuando llevaba a sus hijos ala olegio. Además, también se ha detenido a Enrique Márquez, ex candidato presidencial que intentó con varios recursos que el CNE publicara las actas de votación. Además, se ha denunciado el vuelo de varios drones sobre la casa de María Corina Machado, sin electricidad por los cortes de luz aplicados en su zona.
Toma de posesión
A pesar de las presiones internacionales y la crisis política, Nicolás Maduro se prepara para afrontar su tercer mandato consecutivo, en una ceremonia de toma de posesión que se realizará este viernes 10 de enero a las 12:00 (hora de Venezuela, 17:00 horas en la España peninsular).
Durante esta ceremonia se espera el regreso de Edmundo González a Caracas junto a algunos ex presidentes de América Latina. Maduro ya ha reaccionado y nombrado personas non gratas a algunos mandatarios que podrían mostrarle su apoyo para vetar su ingreso en el país.
Se prevé una fuerte tensión durante el acto en el que se escenificará el aislamiento internacional del Gobierno. Nicolás Maduro estará acompañado de miembros de la Asamblea Nacional, ministros y todos los aliados del oficialismo.