Los seres humanos perdemos la capacidad de digerir la lactosa, el principal hidrato de la leche, cuando terminamos la etapa de la lactancia. Sin embargo, como resultado de la evolución humana, se ha demostrado que con el paso del tiempo somos capaces de tolerar mejor su consumo.
Gracias a estos cambios metabólicos, somos capaces de tolerar la leche, un alimento muy rico en energía y nutrientes. Hasta el punto de que los alimentos lácteos cubren el 10% de nuestros requerimientos nutricionales diarios.
Gran parte de la población consume a diario leche o derivados. ¿Cómo afecta a su organismo? ¿Qué beneficios puede aportar tomar leche a diario? Realmente, la lista de beneficios es amplia, lo que hace muy recomendable incluir lácteos a nuestra dieta.
Los beneficios de tomar leche a diario
El consumo de leche, como el resto de lácteos, induce importantes beneficios sobre nuestro organismo, principalmente sobre nuestra salud ósea. El alcance de estos efectos, además, se extiende más allá de la infancia, puesto que su consumo también aporta beneficios en la etapa adulta.
Es recomendable tener un buen consumo de calcio a lo largo de toda nuestra vida, junto a otras medidas como la práctica de ejercicio o una correcta ingesta de otros nutrientes, especialmente la vitamina D. Con ello, podemos mantener una buena salud ósea y prevenir enfermedades de los huesos como la osteoporosis.
Además, hay estudios que muestran el efecto protector del consumo de lácteos en la infancia, adolescencia y edad adulta en cuanto a la aparición de fracturas óseas. Además, recientemente se ha publicado un metaanálisis que concluye los beneficios del consumo de lácteos. Y son múltiples, quedan suficientemente demostrados.
Entre dichos beneficios, se encuentran la prevención de enfermedades cardiovasculares (principalmente el ictus) o la disminución del riesgo de desarrollar diabetes en edad adulta u obesidad en la infancia, señalan los estudios.
En cuanto a la asociación del consumo de lácteos con el riesgo de aparición de cáncer, existe un punto de controversia, pero lo cierto es que los últimos estudios serios concluyen que no existe evidencia que asocie el consumo de lácteos con un aumento de padecer cáncer. De hecho, asocian su consumo a un menor riesgo de padecer algunos tipos de tumores, como el de mama, colon o el gástrico.