El conflicto actualmente registrado en Oriente Próximo entre Israel y Palestina ha provocado más de 13.000 muertos desde la Primera Intifada, en 1988, el 87% de los fallecidos son palestinos y, al menos desde 2008, la mayoría de las víctimas civiles, según la ONG israelí B'Tselem.
El estallido de la guerra entre Israel y Hamás, que comenzó el pasado 7 de octubre, ha devuelto a la actualidad la situación de esta zona. La mayoría de países a nivel internacional se han posicionado y, en este contexto, ha surgido una salida que aparenta obtener mayor unanimidad entre los líderes mundiales.
Se trata de la creación de dos estados, que permitiría a la comunidad Palestina residir en una nación independiente y reconocida ajena al territorio israelí. Una solución "más necesaria que nunca", ha defendido el presidente estadounidense, Joe Biden, en una columna publicada en The Washington Post.
El mandatario considera que Gaza y Cisjordania "deben reunirse bajo una única estructura de gobierno, en última instancia bajo una Autoridad Nacional Palestina revitalizada", que circunscribe al final de la organización Hamás, que deja en manos de Israel.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se ha mantenido al margen de esta postura y ha mantenido su compromiso firme, también, con esta salida, pues considera que la solución de los dos Estados es "la mejor manera de derrotar al terrorismo y garantizar la seguridad de Israel", tal y como le ha expresado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. También lo ha expresado en un encuentro con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbad.
¿Qué plantea la solución de dos Estados?
La 'solución de los dos Estados' plantea la creación de dos naciones completamente independientes, una israelí y otra palestina. Ambas deberían comprometer a convivir en paz y garantizar de esta manera las mayorías de sus respectivos territorios.
La creación de un Estado palestino respetaría las fronteras anteriores a la guerra de los Seis Días, de 1967, cuando Israel arrebató a Jordania el control de los territorios de Jerusalén del Este y Cisjordania. Ambos países, desde 1947, se encuentran presentes en el Plan de Naciones Unidas para la Partición de Palestina, mientras que Jerusalén forma una tercera entidad bajo control internacional.
La solución de independencia fue planteada en 1988 por el líder palestino Yaser Arafat que ya señalaba los dos Estados como salida al conflicto. De esta forma, se reconocía el Estado de Israel y su soberanía sobre el 78% de la palestina histórica.
Dicha propuesta sobre un Estado palestino se planteó en los Acuerdos de Oslo de 1993, como reemplazo a la Autoridad Palestina, sin embargo, se postergó y nuevamente se planeó su creación en 2005. A pesar de su salida fallida, la Autoridad Palestina ha trabajado por la creación de estructuras de Estado en un plan que, en 2009, recibió amplio apoyo internacional. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, solicitó además en 2011 la admisión de Palestina como Miembro de la ONU y, un año después, fue incluso como Estado observador no miembro.
¿Tiene viabilidad?
Por el momento, es la opinión que genera mayor consenso entre los líderes y la planteada para solventar el conflicto entre Israel y Palestina. Sin embargo, la espiral de violencia en la zona y el contexto actual que surge ha derivado en una pérdida de adhesión a esta tesis.
Una encuesta elaborada por Pew Research Center en Israel, Gaza y Cisjordania, publicada en septiembre, eso sí, antes del estallido de la guerra entre Israel y Hamás, reveló que la preferencia por la solución de los dos Estados entre la opinión pública había perdido credibilidad.
Dicho sondeo preguntaba si se podría encontrar una vía de resolución mediante la formación de un Estado palestino independiente y si creían que podría coexistir pacíficamente con Israel. En la encuesta, tan solo el 35% de los encuestados creían que podría lograrse una coexistencia pacífica entre Israel y Palestina.
Los resultados evidenciaron que se había experimentado un retroceso de hasta 15 puntos porcentuales durante la última década (2013), las cifras más bajas hasta la fecha. El clima de opinión contrario a esta salida había cambiado con mayor intensidad entre israelíes árabes (33%) en comparación con israelíes judíos (14%).
¿Qué alternativas a la solución de dos Estados se plantearían?
Si no fructificase la solución de los dos estados, finalmente se podrían barajar otras alternativas como salida en el conflicto entre Israel y Palestina. Se barajan más opciones al conflicto alternativas que también encuentran referentes en otros territorios a nivel internacional.
Una de estas salidas se podría plantear en la fundación de un estado binacional. De esta forma, el nuevo país integraría a los ciudadanos palestinos con judíos en un estado federal, al estilo de Bosnia-Herzegovina, donde conviven serbobonios ortodoxos, croatas católicos con bosnios musulmanes y se ha realizado un trabajo para cerrar las heridas previas derivadas de la Guerra de Yugoslavia.
Otra propuesta menos factible podría pasar por una solución de tres estados. Con el territorio palestino dividido entre una autoridad moderada y otra radical, se podría considerar cada una de forma independiente y, por tanto, comenzar elevando a Cisjordania para que se erija como referencia, e intentando a nivel internacional que esta posibilidad no sea beneficiosa para Israel porque debilite al pueblo palestino en su división. En todo caso, los Acuerdos de Oslo de 1993 garantizan la unidad del territorio y, por tanto, deben ser tratados como conjunto.
La última alternativa está planteada por la extrema derecha israelí, que plantea la solución de un único estado de Israel poderoso, que no cuente con la población palestina, un solo estado para los judíos. Una opción que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, ha calificado como 'apartheid'.