El próximo 30 de junio finaliza el plazo para hacer la contribución de la renta a Hacienda. Tras esto, la Agencia Tributaria suele tardar solo unos días en devolver el dinero correspondiente a aquellas personas a las que se les debe. Sin embargo, si la espera es más larga de lo debido, debemos tener en cuenta que también podemos beneficiarnos de los intereses de demora.
¿Cómo funciona este proceso?
Una de las maneras más habituales es a través de la página Renta Web. Una vez en ella, solo será necesario completar los datos con tu DNI Electrónico, el Certificado Digital, la Cl@ve PIN o el número de referencia de tu IRPF. Una vez dentro ya podrás ver cuál es el estado de tramitación de tu declaración.
Así podremos ver si nuestra tramitación de la declaración sigue en proceso o, por el contrario, ha habido alguna incidencia. Cuando Hacienda ya haya recibido tu declaración del IRPF pasa a estar 'en tramitación', es decir, que figura en el archivo pero aún no ha sido revisada. Tras esto, una vez que ha sido inspeccionada por Hacienda pasa a un estado en el que figura como 'comprobada'.
Esta comprobación no suele llevar más que un par de semanas y en ella, Hacienda puede analizar de forma general la situación de cada ciudadano. También comprobarán que todos los números del IRPF son correctos y que los datos emitidos corresponden con la realidad por lo que es muy importante asegurarse de que todos los datos son correctos antes de enviar la declaración de la renta.
Finalmente, los órganos de Gestión Tributaria serán los encargados de dar por finalizada la inspección y ojo, es aquí cuando ya se procederá a realizar su devolución. Hasta que no reciba un mensaje explícito de confirmación por parte de la Agencia Tributaria, su dinero no le será ingresado. Si en un plazo de 29 días desde el envío de la declaración no ha percibido ese dinero, deberá ponerse en contacto con Hacienda para que realice el pago de la parte proporcional a esos 29 días, es decir, de los intereses de demora.
