La formación de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN), ha vencido en la primera vuelta de las elecciones en Francia. El partido de extrema derecha ha conseguido un 33,1%, con una distancia de cinco puntos del Nuevo Frente Popular, la alianza de izquierdas surgida a raíz de estos comicios. En tercera posición se sitúa Juntos, la formación de Emanuel Macron, con un 22%, y que pasará también a la segunda vuelta porque ha logrado superar el 12,5% de los apoyos fijados en la ley electoral.
El liderazgo de RN rompe el tablero en la política francesa, ante el auge de una formación habitualmente rechazada por el 'establishment' francés y a la que se había impuesto un drástico cordón sanitario. Se culmina, además, el proceso de 'desdiabolización' que inició Marine Le Pen hace una década, buscando ampliar la base electoral de su formación y convertir sus siglas en un partido adaptable al sistema actual, en el que ahora aspira a la mayoría absoluta si obtiene más de 289 diputados en la Asamblea Nacional.
La imagen del candidato a primer ministro, Jordan Bardella, se enmarca dentro de esta estrategia. El candidato, que ha experimentado un rápido ascenso en el partido, lidera las elecciones a los 28 años, que intenta transmitir mediante su imagen una presencia más institucional, con una visión alejada de los postulados y tradición de su partido. El candidato no tiene ninguna experiencia política a nivel local o regional y tampoco se le conoce una profesión.
Ultraliberalismo y xenofobia: principales pilares del partido de Marine Le Pen
Reagrupamiento Nacional (RN) ha mostrado sus propuestas ante esta campaña electoral. A pesar de que la formación ha suavizado algunas de sus propuestas para acercarse a las élites económicas cuando realmente tiene opciones de gobierno, mantiene las mismas señas de identidad y naturaleza con las que se mantiene vinculado a sus votantes más fieles.
Entre ellas, destaca la mano dura contra las personas migrantes. Entre ellas, se encuentra la supresión del 'ius soli' (derecho al suelo), que permite el acceso a la nacionalidad francesa a los hijos de personas extranjeras nacidos en Francia cuando cumplen 18 años y han residido en el país durante su infancia y adolescencia.
El partido propone, además, eliminar el actual dispositivo que permite a las personas migrantes el acceso a una asistencia médica y habla de "prioridad nacional", además de revisar la distribución de las ayudas sociales o las viviendas públicas. Sin embargo, estas propuestas podrían toparse con el Consejo Constitucional (similar al Tribunal Constitucional en España), al vulnerar los derechos establecidos como la igualdad entre los ciudadanos.
El partido, además, quiere prohibir que cualquier persona con un estatus binacional pueda acceder a puestos de responsabilidad en la función pública o empresas estatales, que excluiría de este modo a 3,3 millones de personas del "acceso a empleos en las administraciones y las empresas públicas". De este modo, políticas como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo (nacida en San Fernando, Cádiz, y con doble nacionalidad), serían expulsadas de las administraciones.
La formación también defiende las reducciones de impuestos, especialmente aquellos que afectan a las rentas más altas y los grandes patrimonios. Además, sitúa el foco sobre aquellos relacionados con los productos energéticos (combustibles, fuel oil, gas y electricidad), para los que propone un descenso desde el 20% al 5,5%. Además, defiende la reducción al tipo superreducido del IVA para los productos de primera necesidad.
En cuanto a materia exterior, son ampliamente conocidos los vínculos de Marine Le Pen con el Kremlin. Desde haber recibido en el pasado financiación de bancos relacionados con el Kremlin, al apoyo a la anexión rusa de Crimea o el préstamo de 9,4 millones de euros a un acreedor vinculado a antiguos militantes rusos y en 2022 haber recibido 10,6 millones de euros desde MKB (Magyar Külkereskedelmi Bank), de la Hungría de Viktor Orban.
La líder de RN ahora defiende recortar drásticamente el apoyo militar a Ucrania en plena invasión rusa, bajo el argumento de favorecer la "paz" en el conflicto, sobre el que ha mantenido siempre una posición ambigua.
No ocurre lo mismo con la situación en Palestina. En su proceso de 'desdiabolización', el partido de Le Pen, formado por antiguos colaboracionistas con el régimen nazi y que no ha realizado ninguna crítica del régimen de Vichy, se ha alzado ahora como el mayor defensor de los judíos en Francia. Ahora, apoya abiertamente a Israel bajo el argumento de que reconocer a Palestina sería "reconocer al terrorismo".
