Tras el giro histórico de Suecia y Finlandia, quedan otros países como Austria, Irlanda, Malta y Chipre, entre otros, que son miembros de la UE pero no pertenecen a la Alianza por sus propios motivos.
Las preocupaciones de seguridad por la invasión de Rusia en Ucrania cambiaron las prioridades para Finlandia y Suecia, que habían defendido la neutralidad durante años, y han hecho que otros países de tradición neutral revisen lo que significa el término para ellos.
Es por ello que hoy revisaremos cuáles son esos países que se mantienen neutrales y cuáles son sus razones.
Austria
La neutralidad de Austria es un componente clave de su moderna democracia: como condición para que las fuerzas aliadas abandonasen el país y pudiese recuperar su independencia en 1955, Austria se declaró militarmente neutral.
Desde el inicio de la guerra de Rusia en Ucrania, el canciller Karl Nehammer ha estado manteniendo un delicado equilibrio con respecto a la posición de Austria. Ha mantenido que el país no tiene planes de cambiar su estatus de seguridad, al tiempo que ha declarado que la neutralidad militar no significa necesariamente neutralidad moral.
Suiza
Posiblemente el caso de país neutral más conocido de Europa. Suiza ha consagrado la neutralidad en su Constitución y los votantes suizos decidieron hace décadas mantenerse fuera de la UE.
Pero su Gobierno se ha esforzado por dejar claro y explicar su concepto de neutralidad tras alinearse con las sanciones de la UE contra Rusia. Hay pocas posibilidades de que Suiza se desvíe de su neutralidad: su Gobierno ya ha pedido a Alemania que no entregue material militar suizo a Ucrania.
El partido populista de derechas que ocupa el mayor bloque de escaños en el Parlamento se ha mostrado reticente a tomar más medidas contra Rusia mientras que los suizos protegen ferozmente su papel de mediadores para estados rivales y de centro de acción humanitaria y de derechos humanos. La neutralidad ayuda a afianzar esa reputación.
Chipre
Las relaciones de Chipre con Estados Unidos han crecido considerablemente en la última década, pero la idea de entrar en la OTAN parece que sigue estando fuera de la mesa.
El presidente de la isla, dividida étnicamente, aseguró en varias ocasiones que "es demasiado pronto" para contemplar un movimiento de este tipo, que invariablemente se encontraría con la fuerte oposición de su rival, Turquía.
Chipre también quiere mantener un barniz de neutralidad y ha permitido que los buques de guerra rusos se reabastezcan en los puertos chipriotas, aunque ese privilegio se suspendió tras el inicio de la guerra en Ucrania.
Irlanda
El primer ministro irlandés, Micheal Martin, resumió la posición del país a principios de este año como: "No somos políticamente neutrales, pero sí militarmente".
La guerra en Ucrania ha reabierto el debate sobre lo que significa la neutralidad de Irlanda y en la mayoría de los países de la UE. Irlanda ha impuesto sanciones a Rusia y ha enviado ayuda no letal a Ucrania en respuesta a la invasión.
Malta
La Constitución de Malta establece que la pequeña isla mediterránea es oficialmente neutral y que se atiene a una política de "alineación nacional y se niega a participar en cualquier alianza militar". Un sondeo encargado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, publicado dos semanas antes de la invasión rusa, reveló que una amplia mayoría de los encuestados malteses apoyaba la neutralidad y sólo un 6% estaba en contra.
El periódico Times of Malta informó de que el presidente irlandés, Michael Higgins, durante una visita de Estado, subrayó la idea de la "neutralidad positiva" y se unió al presidente maltés, George Vella, para condenar la guerra en Ucrania.
Otros casos
Por otro lado encontramos a Moldavia, país constitucionalmente neutral, que como Malta "mantiene con la OTAN relaciones de cooperación, pero no de ingreso". La región separatista de Moldavia ha cobrado protagonismo en los últimos meses por su vínculo con el Gobierno ruso y su importante posición geoestratégica.
En la misma situación está Serbia, país con el que Rusia mantiene una relación estrecha y que declaró oficialmente su neutralidad militar en 2007. A diferencia de otros vecinos de los Balcanes Occidentales, Serbia no aspira a entrar en la OTAN.
La razón, como han dicho desde el país en múltiples ocasiones, es porque no pueden olvidar cuando la OTAN bombardeó la antigua Yugoslavia en 1999. El ataque causó cientos de muertos y propició la retirada de las tropas de Slobodan Miloševi.