La espiral de violencia en Líbano ha activado las alarmas del temor a una posible guerra regional en Oriente Próximo. El estado hebreo ha ampliado el frente hacia el norte y ha puesto en su objetivo a la milicia Hezbolá, que había apoyado abiertamente a Gaza en la ofensiva ante la Franja.
Al igual que Hamás en Gaza, Hezbolá es una milicia que cuenta con el apoyo abierto de Irán, que aprovecha estos grupos para extender su influencia en la región, pero también en otros países como los huthies de Yemen. Con todos comparte una visión del Islam, la rama chií, y a ellos los nutre de financiación cuando Irán mantiene, además, una Guerra Fría con Arabia Saudí, cuyo frente se encuentra en estos momentos en el conflicto de Yemen.
Teherán es una potencia nuclear e Israel no ha ocultado el temor a las posibles consecuencias que podría tener el desarrollo de su programa. El régimen iraní continúa enriqueciendo uranio, aunque sostiene que no tiene intenciones militares.
¿Qué ocurriría si Irán lanza una bomba nuclear a Israel?
En un hipotético escenario en el que Israel e Irán alcanzasen una guerra regional o si dicho conflicto llegara a mayores proporciones... ¿Qué ocurriría si, en un país protegido por la cúpula de hierro, Irán lanzase una bomba nuclear contra su enemigo?
En el hipotético caso de que una bomba nuclear de 240 KT (el arma más potente que atesora uno de los aliados de Irán, Corea del Norte) explotase en Tel Aviv, la devastación sacudiría a la práctica totalidad del norte del país. Provocaría casi 250.000 muertos y 300.000 heridos, según las estimaciones.
Israel, además, sufriría daños de carácter considerable en sus infraestructuras, pero también en su capacidad de respuesta civil y militar, puesto que el país quedaría completamente anulado para un contraataque efectivo.
Pero no sería el único afectado. Algunos países vecinos como Jordania, Líbano o Siria también podrían sufrir los efectos de la radiación, dependiendo de las condiciones climáticas y la dirección del viento en el momento del ataque.
Los efectos de la radiación tendrían incidencia en el aire, pero también contaminarían el agua o los cultivos, poniendo en riesgo la vida de millones de personas.
Esto podría generar una grave crisis ecológica a largo plazo, afectando también al Mar Mediterráneo, fuente vital de agua y alimentos para toda una región, que se vería deteriorado por los efectos de la contaminación nuclear.
Consecuencias globales
Toda la región podría vivir un colapso económico que podría afectar a nivel global. Cabe destacar que Oriente Próximo es un territorio rico en petróleo y recursos naturales, foco de crisis económicas en el pasado.
Pero también se suma a las consecuencias políticas. Irán podría requerir el apoyo explícito de sus aliados, la tríada que forma con China y Rusia, pero también otros países, incluyendo Corea del Norte, también potencia nuclear.
En el caso de Israel, sería altamente probable que Estados Unidos interviniese en su apoyo y, de este modo, también arrastrase con él a la OTAN.
Se generaría, de este modo, un conflicto de consecuencias imprevisibles a nivel global, precisamente cuando el mundo se está alineando en dos bloques claramente diferenciados.
Por el momento, Occidente confía en las sanciones internacionales y la diplomacia para evitar que Irán pudiese emplear el arma nuclear. Sin embargo, la pregunta se abre en el caso de que ocurriese lo imprevisible: está el mundo preparado para un escenario de estas características.
