Al menos diez personas han muerto en el incendio de un edificio de viviendas, que quedó completamente calcinado durante la tarde del pasado jueves, 22 de febrero, en el barrio del Campanar, en Valencia.
Además, continúan dos personas heridas, dos bomberos ingresados en centros de Valencia, en cuyo caso no se teme por su vida. Oficialmente, ya no figuran desaparecidos en el incendio, aunque continúan las labores ante las altas temperaturas en el edificio, que cuenta con 14 pisos de altura.
La causa se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia, que cuenta con el apoyo de los forenses de la Policía Nacional de Madrid y Valencia para determinar las causas en las que se originaron las llamas.
Con el paso de las horas se van conociendo más detalles sobre este suceso, también relacionados con el posible origen de las llamas y las hipótesis que actualmente barajan los investigadores.
La administradora de la finca, Adriana Banu, ha confirmado que el incendio se originó en la planta número 8, en la puerta número 86. En el momento en el que se iniciaron las llamas no había nadie dentro de la vivienda y se descarta que pudiera estar causado por algún despiste accidental.
Origen del incendio en Valencia
En el apartamento número 86 no reside nadie y esto ha generado dudas sobre su origen. La Policía Científica está visionando todas las fotos y vídeos difundidos, en redes sociales y grupos como WhatsApp, para determinar el origen del incendio.
En un principio se ha determinado un fallo eléctrico como posible causante de las llamas. La administradora ha explicado que los vecinos no cuentan con instalación de gas y esta vía, en principio, se ha descartado.
Ante la disyuntiva sobre el origen del incendio, sí toma mayor claridad su propagación. La composición de la fachada, compuesta con poliuretano, habría sido determinante para que el inmueble ardiera con tal rapidez.
El edificio fue construido entre 2005 y 2007. En aquella época todavía no se habían impuesto las restricciones actuales para el uso de este producto, que dejó de ser contemplado tras el incendio de un apartamento de viviendas sociales en Grenfell en 2017, que dejó 72 muertos.
En todo caso, aquella legislación solo se aplicó para los edificios de nueva construcción y, por este motivo, no fue de aplicación a aquellos inmuebles erigidos previamente. Muchos edificios en España podrían continuar con este producto en sus fachadas.