Era 1985 cuando el mundo se quedó impactado con los penetrantes ojos verdes de la niña afgana que protagonizó la portada del National Geographic. Un año antes, el fotógrafo Steve McCurry inmortalizó su mirada en un campo de refugiados en la ciudad paquistaní de Peshawar. Su nombre es Sharbat Gula y cruzó la frontera afgana huyendo de la guerra, que acabó con la vida de sus padres.
Diecisiete años después, McCurry y un equipo de la revista se propusieron encontrarla y la localizaron dando con ella en 2002 en una aldea remota en las montañas cerca de Tora Bora (Afganistán) junto a sus tres hijas. Para comprobar que realmente era ella, un inspector forense del FBI realizó una comparación facial con sus fotografías. Además, el reconocimiento automático por el iris determinó que los ojos de la emblemática instantánea eran los suyos.
Sharbat Gula se había casado con tan solo 13 años, un año después de la icónica fotografía que dio la vuelta al mundo, con un panadero de la zona. En 1992 pudo regresar a Afganistán. Tuvo cuatro hijas, aunque una de ellas murió a edad muy temprana.
Detenida y deportada
Años después, en 2016, Gula volvió a ser noticia tras detenida en Pakistán por por obtener ilegalmente documentos de identidad paquistaníes para ella y sus hijos tras sobornar a tres funcionarios, delito por el que fue condenada por un tribunal a 15 días de cárcel y a la deportación a Afganistán. Durante su estancia en prisión contrajo Hepatitis C, enfermedad que le causó la muerte a su hija y a su marido años atrás.
El propio fotógrafo, Steve McCurry, luchó para tuviera asesoramiento legal, y el presidente por aquél entonces de Afganistán, Ashraf Ghani la acogió cuando fue deportada, consiguiendo una casa para ella y sus tres hijas. Además, prometido hacer un seguimiento de su estado de salud y ayudaba con la educación de sus niñas.
El mandatario describió entonces a la exrefugiada como un "símbolo de esperanza, dolor y opresión" y destacó cómo de niña dio a conocer al mundo un Afganistán "cansado de la guerra".
Cinco años después, los talibanes han vuelto a controlar Kabul y el país. Ashraf Ghani ha tenido que exiliarse junto a su familia, pero Sharbat Gula sigue en Afganistán, o por lo menos es lo último que se sabe de ella antes de que los talibanes tomaran Kabul.