Maja Smrekar salió a la palestra en octubre del año 2017 tras ganar el premio Golden Nica por inseminarse por uno de sus perros, amamantarle, grabarlo en un documental y crear una performance que fue del agrado del jurado.
El vínculo de la artista con la obra fue especialmente grande. Así lo demostró posteriormente, cuando aseguró que su trabajo había tenido la oportunidad de cambiar su vida, en especial, su relación con los animales.
A pesar de que la inseminación no se produjo con esperma, sino que se inyectó una célula de grasa del animal, el jurado consideró que Maja estaba sentando las bases "para crear una especie híbrida más respestuosa con el medio ambiente". Es decir, una nueva relación con nuestro entorno que la artista no ha dejado de comentar desde entonces en todas sus conferencias.
Sin embargo, desde entonces ha mantenido un perfil bajo. Las críticas que recibió su documental, quizás le llevaron a eliminarlo personalmente de Vimeo durante una buena temporada (en la que dejó de encontrarse en cualquier servidor), pero recientemente ha vuelto a publicarlo.
Su actividad artística tampoco ha sido especialmente intensa desde entonces, aunque no ha dejado de emplear la presencia de perros en sus performance. Este tipo de animales son su verdadera pasión, como demuestra constantemente en su perfil de Instagram:
En este perfil también muestra sus inquietudes artísticas, con algunas composiciones de notable calidad y su amor por los animales: junto a sus perros, hay varias fotos de gatos. Muy al contrario de su presencia con personas (solo aparece en una), quizás porque ha cultivado otros ámbitos de su vida o porque prefiere mantener su vida personal al margen de sus perfiles públicos.
Pero, llegados a este punto... ¿Qué ha sido de sus proyectos artísticos?
La última performance: tejer telas mezclando su pelo y el de su perro
El recuerdo que guarda Maja de la performance en la que se inseminó de un perro parece haber marcado parte de sus recuerdos. Así lo demuestra en Instagram, donde ha colgado una fotografía en la que muestra un cojín de su casa adornado con una ilustración de su performance más mediática.
Desde entonces, el proyecto más conocido se llama 'Opus et Domus', una performance en la que Maja se ha dedicado a mezclar su propio pelo con el de su perro para tejer telas en el interior de una cabina de cristal.
Como comenta en su página web, Maja tiene la intención de "actualizar las formas arquetípicas de la explotación laboral, la semántica de los materiales y la política de la corporeidad como sabemos de las mitologías". La estructura de cristal figura convertirse en un hogar con el objetivo de mostrar "la ausencia de intimidad del hogar, como una posición política en relación con la estructura capitalista moderna del trabajo, en la que una vivienda se está convirtiendo nuevamente en el lugar de trabajo".
Tras inseminarse de un perro, ahora Maja mezcla su pelo con otro. Esto tiene una intención: "Quiero incluir mi familia híbrida en la producción de hilos a partir de una mezcla de mis pelos y mi propio cabello para crear un cálido abrazo en el hogar. La relación arquetípica entre personas y perros conectados en la comunidad híbridad interesada evoca la observación de Frans de Waal de que 'las raíces de la política son más antiguas que la humanidad'".
Sin duda, Maja demuestra que se puede conjugar provocación y reivindicación y, sin duda, no dejar indiferente a nadie.