Alonso Jiménez entró a la segunda edición de 'Gran Hermano' en 2001, cuando tenían tan solo 25 años. El joven, procedente de Motril, fue seleccionado gracias a que un amigo le convenciese a asistir al casting y, finalmente, resultó quedar semifinalista, siendo expulsado a las puertas de la final.
Después de 20 años, el ex concursante de 'Gran Hermano' tiene 45 años y sigue en contacto con antiguos compañeros de reality, con su propio grupo de WhatsApp, y tiene un chiringuito exitoso en Granada. Además, en los últimos años se le ha visto con su antigua compañera Mari, con quien tuvo una gran amistad; y se dejo ver por las redes sociales de Marta López, ex concursante de su edición que en 2020 protagonizó la trama 'Merlos Place'.
Hoy pasa por mi Twitter mi compañero de edición Alonso. Le mando un beso enorme! Cada vez falta menos para #GHRevolution pic.twitter.com/IZZDBLJvX7
— Marta López (@MartaLopezTV) August 5, 2017
Chiringuito y vida amorosa
En veinte años ha tenido tiempo de cambiar sus gustos musicales que, a pesar de que en su día eran más fiesteros, a día de hoy suele escuchar música más tranquila. Esto no es tanto porque ya no le guste este estilo, sino porque su exitoso chiringuito en Playa Granada es de este rollo.
Respecto a su relación con Mari, sobre la que se teorizó sobre si llegó a consumarse el amor de alguna forma, lo cierto es que actualmente es más bien una buena relación de amistad. "Nos seguimos viendo, ha venido este verano al chiringuito". Las últimas noticias que hay sobre la vida amorosa de Alonso Jiménez es que está felizmente viviendo en la soltería. Aunque, recientemente, también ha cerrado todas sus redes sociales y ha salido del foco mediático.
Respecto a 'Gran Hermano'
No solamente el ex concursante sigue manteniendo una buena relación con sus compañeras de edición, gracias al grupo de WhatsApp, sino que aún lo sigue recordando como una de las mejores experiencias de su vida. En el vídeo que publicó hace años Marta López, aclara que echa de menos esa naturalidad de su edición.
"Echo de menos ese compañerismo, ese buen rollo que había, que estábamos siempre jugando". Es muy positivo que a día de hoy siga habiendo ese buen rollo, porque no todas las ediciones tienen la misma relación, dados los conflictos que han podido haber, sobre todo las de los últimos años. A día de hoy, todas las personas de la segunda edición se suelen ver al menos una vez al año en Madrid.