El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha copado titulares recientemente tras pronunciarse en una entrevista en La Vanguardia contra la "fachosfera" que, denuncia, se dedica a "polarizar, insultar y generar una desconfianza con un fin claro", que ha atribuido "a que la derecha tiene un naufragio de ideas".
El término 'fachosfera' ha tomado relevancia en sus declaraciones y, la realidad, es que no se trata de una novedad. En un ensayo francés realizado por los periodistas Dominique Albertini y David Doucet, titulado 'La Fachosphère: Comment l'extrême droite remporte la bataille d'Internet', publicado en 2016, se analiza el funcionamiento de la órbita de la extrema derecha en redes sociales y su impacto.
La denominada 'fachosfera' abarca al movimiento que se mueve en internet y propaga un discurso de odio contra todo tipo de colectivos. El estudio destaca, por ejemplo, cómo el Frente Nacional de Marine Le Pen se constituyó como el primer partido en disponer de una página web y ha disparado su representación y alcance de su discurso a través de este medio.
Este estudio analiza cómo la extrema derecha extiende su discurso de odio con el objetivo de dirigir su rechazo a determinadas personas y colectivos, así como aprovechan la circunstancia de que los jóvenes se politizan con mayor rapidez para aumentar sus nichos de voto.
La influencia de 'bots' para propagar mensajes
Las redes sociales son el marco fundamental en el que los propagadores, agitadores, tuiteros o 'trolls' difunden discursos en el que hablan de la "batalla cultural" y, en todo momento, dirigen sus comentarios y mensajes en difundir odio contra determinados grupos de personas, sin aportar nada más relevante.
Un discurso vacío, basado en el odio siempre hacia personas vulnerables y que busca llegar a las pasiones más bajas de los ciudadanos. Sin embargo, a lo largo de los últimos años ha demostrado que tiene alcance real y puede tener gran capacidad de influencia, puesto que aprovecha herramientas para extender sus tentáculos.
Se trata de los denominados 'bots', un término que hace referencia a los programas o robots que se dedican, de forma automatizada, a extender determinados mensajes enfocados en una línea concreta o buscando poner en el foco a determinados grupos de personas con una finalidad concreta.
Un estudio desarrollado por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) analizó el alcance real de estas herramientas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos que otorgaron la victoria a Donald Trump y la votación del 'Brexit', en 2016: concluyó que fueron determinantes en un 3,23% y un 1,76% de los resultados, respectivamente y, de este modo, otorgaron la victoria en el país norteamericano para Donald Trump y la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
El informe señala que "dados los estrechos márgenes de victoria" en ambas votaciones, el efecto de los 'bots' pudo ser marginal, sin embargo, "posiblemente lo suficientemente grande como para afectar a los resultados".
En el caso de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un estudio del MIT destacó que solo el 6% de las cuentas de Twitter que difundieron noticias falsas durante la campaña alcanzaron el 31% de la información total en dichos comicios, con Donald Trump como vencedor. Además, fueron responsables del 34% de todos los artículos compartidos procedentes de fuentes de poca veracidad y se concluyó que las mentiras publicadas tenían un 70% más de probabilidades de ser compartidas por los usuarios en redes sociales.
Nuestro país no se mantiene ajeno a esta ola. En el caso de España, destaca por ejemplo un informe de la Comisión Europea (CE), que señaló en este sentido el papel de VOX como entidad que se había visto beneficiada por los contenidos surgidos en redes sociales a través de "cuentas falsas" y "bots" para interferir en las elecciones a la Eurocámara en 2019.
"En España, se descubrió una red coordinada de cuentas de Twitter que utilizaba una mezcla de bots y cuentas falsas para impulsar etiquetas anti-islam y amplificar apoyo al partido populista de derechas VOX", expresó sobre esta cuestión el comisario europeo de Unión por la Seguridad, Julian King, en rueda de prensa.
"Odio contra los grupos vulnerables"
También analiza esta cuestión un informe elaborado por 40dB para la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) en enero de 2024, que denuncia "estrategias organizadas para estigmatizar y humillar a las personas LGTBI+ que, además, Twitter permite con total impunidad", denuncia su secretario general, Ignacio Paredero. "A día de hoy, no existe en esta red social ningún tipo de herramienta de control de bots, lo que deja a las personas pertenecientes a grupos en situación de vulnerabilidad completamente expuestas e indefensas ante posibles campañas de señalamiento", denuncia.
La presidenta de FELGTBI+, Uge Sangil, denunciaba los efectos de estos mensajes y reclamaba la aprobación del Pacto de Estado contra los Discursos de Odio: "No podemos permitir que se siga vertiendo odio contra los grupos vulnerables en las redes sociales que a día de hoy se han convertido en una herramienta fundamental de socialización. Este odio lo sufren personas reales, con nombres y apellidos, que pagan las consecuencias a diario en forma de discriminaciones y violencias en su trabajo, en la calle e incluso, en ocasiones, en su familia. Los discursos de odio son el origen de los delitos de odio, tomemos medidas ya".
El estudio destaca que, del total de mensajes emitidos, un 86% eran de apoyo y un 14% discursos de odio, especialmente destinados hacia las personas trans: "Dentro de este 14% de mensajes de odio, la investigación ha encontrado dos subcomunidades emisoras: la subcomunidad trans-excluyente y la de extrema derecha, presentando, ambas, mucha cercanía e indicios de contener cantidades significativas de cuentas fraudulentas", explicaba entonces la representante de 40dB, Erika Bejerano.
Su afirmación estaba fundamentada en el elevado porcentaje de perfiles ficticios, el importante porcentaje de la comunidad de extrema derecha (7,4%) y transexcluyente (4,6%) en los mensajes frente al total (1,9%) y el fuerte incremento registrado desde 2021, que sugiere la "presencia de cuentas profesionales, bots y, en definitiva, de algún tipo de campaña dirigida".
Ante su impacto, la NBER también planteaba en su estudio la pertinencia de legislar para evitar un abuso de 'bots', garantizando de este modo limitar su impacto real en futuras decisiones de impacto a nivel nacional e internacional.