La confesión de Rocío Carrasco sobre su relación con Antonio David y sus hijos ha creado una revolución en las redes sociales. En la primera entrega de la docuserie 'Rocío: contar la verdad para seguir viva', la presentadora ha querido dar su versión de los hechos que hasta ahora no habían salido a la luz.
Según Rocío, su exmarido Antonio David le arrebató a sus hijos y la maltrató a base de menosprecios e insultos. El hombre tratando de victimizarse, comenzó a demonizar a Rociíto delante de los hijos, haciendo que estos acabaran odiando a su madre y no le dirigieran más la palabra.
La presentadora ha confesado, al borde del ataque de ansiedad, los momentos tan terribles que tuvo que vivir. "Cuando me devolvía a los niños en la puerta de la casa, él me increpaba y me insultaba. 'Te los voy a quitar, te van a odiar, voy a hacer que te odien'". Estas duras declaraciones han provocado que se trate a los hijos del matrimonio como posibles víctimas del Síndrome de Alienación Parental.
¿Qué es el Síndrome de Alienación Parental (SAP)?
La alienación parental la sufren los menores de edad cuyos padres están atravesando una disputa por la custodia del hijo. Uno de los progenitores comienza a denigrar al otro constantemente y de manera subliminal delante del hijo, haciendo que este cada vez se aleje más del otro. Es decir, uno de los padres habla mal del otro delante de su hijo, lo que hace que cambie la perspectiva del menor y que cada vez sienta más repulsión hacia el progenitor alienado.
Este concepto no se aplica nunca a casos de maltrato físico o abuso infantil, porque ahí el temor del niño hacia un progenitor está totalmente justificados. El SAP no se considera todavía como un trastorno, aunque las consecuencias psicológicas son un hecho indiscutible.
Consecuencias en los niños
El SAP es considerado como una forma de maltrato infantil, en la cual se instiga resentimiento, temor y animadversión en contra del progenitor inocente durante un divorcio o separación. No siempre ocurre en todos las separaciones de los padres, solo cuando alguno de los progenitores trata de hacer partícipes a sus hijos de los conflictos generados por el divorcio.
Es normal que los niños que atraviesan el divorcio de sus padres puedan experimentar el conflicto de lealtad, en el que sienten que si se acercan a un progenitor, traicionan al otro. Estas situaciones son dolorosas y confunden a los niños, pero no son tan graves como la alienación parental, en la que el niño es programado para actuar en contra de un progenitor, en ocasiones verbalizando situaciones inexistentes de maltrato o abuso, y experimentando intenso odio y temor hacia el padre alienado.
El menor entonces rechaza y critica de forma frívola y repetida al otro progenitor. Las críticas resultan injustificadas, dramáticas o exageradas. El menor habla del progenitor rechazado en términos despectivos sin manifestar sentimientos de culpa o vergüenza por ello. De esta forma, sufre un continuo abuso emocional que le presiona a actuar según los deseos del padre alienador.
Rocío Flores y David Flores, los hijos del matrimonio entre Antonio David y Rociíto, podrían haber sufrido el Síndrome de Alienación parental. Ambos han confesado que llevan años sin dirigirle la palabra a su madre. El resto de episodios de esta docuserie podrán arrojar todavía más luz a la delicada situación que Rocío Carrasco ha tenido que estar viviendo durante más de 20 años.