El cerebro de Albert Einstein no era mayor que el de un hombre adulto normal, pero era especial. Según un estudio de la Universidad del Estado de Florida, "El cerebro de Einstein tenía un córtex prefrontal extraordinario, lo que pudo contribuir a sus excepcionales capacidades cognitivas".
Pero, ¿cómo cuidaba el científico más famoso de la humanidad la pieza clave que le permitió desarrollar la teoría de la relatividad? Teniendo en cuenta que aunque el cerebro solo representa un 2% de nuestro peso corporal, pero consume un 20% de nuestra energía diaria, la cantidad de calorías que necesita para funcionar correctamente es bastante elevada. ¿Qué alimentación seguía Einstein?
En las diferentes etapas de su vida su dieta cambió bastante, teniendo en cuenta que vivió en varios países con sus padres y disfrutaba de la dieta típica de cada zona. Pero cuando creció, todo cambió.
Huevos y champiñones para empezar el día
Según cuentan desde la revista digital Inverse, "durante la mayoría de su vida, Einstein fue omnívoro, y se convirtió en vegetariano aproximadamente un año antes de su muerte en 1955". Aunque tenía predilección por algunos alimentos, como los huevos o los champiñones.
"El desayuno de Einstein era en realidad bastante denso desde el punto de vista nutricional. Los huevos son ricos en proteínas y minerales como hierro, selenio y fósforo. Y los champiñones tienen un alto contenido de vitaminas B y antioxidantes. Una dieta rica en estos nutrientes podría haber ayudado al cerebro del científico a funcionar de manera óptima", explican desde el mismo medio.
En cuanto a la cena, y según narra el biógrafo Walter Isaacson, "eran snacks sencillos como salchichas, queso gruyère, fruta y té". El último año antes de su muerte decidió llevar una dieta vegetariana asegurando que "nada beneficiará tanto la salud humana e incrementará las posibilidades de supervivencia de la vida sobre la Tierra, como la evolución hacia una dieta vegetariana".
Es imposible saber a ciencia cierta si la dieta de Einstein contribuyó a su enorme capacidad intelectual, pero muchos científicos creen que es posible. Principalmente porque la dieta de Einstein se sustentaba en tres pilares básicos de la dieta alimentaria actual: las frutas, verduras y proteínas no grasas, que está demostrado que ayudan a mejorar procesos cognitivos como la memoria, el aprendizaje y la agilidad mental.