¿Dónde se consume más drogas? ¿Qué sustancias lideran? ¿Cómo se han experimentado estos crecimientos? El análisis de las aguas residuales aporta sorprendentes resultados que han sido recogidos por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, publicado en marzo de 2024.
Uno de los datos más relevantes es el fuerte incremento en el consumo de ketamina registrado durante 2023. El estudio señala que la presencia de esta sustancia en Barcelona se ha disparado en un 77,2% solo en un año.
Además, el consumo de MDMA también ha subido en la Ciudad Condal: nada menos que un 20% respecto al año anterior. Son datos que siguen la línea de incrementos que se registra en Europa, que también registra un aumento en los consumos en el agua residual.
Ciudades líderes
El estudio también indica "aumento persistente" en el consumo de cocaína, tal y como evidencian los registros de las aguas residuales. Los niveles se han estabilizado durante el último año respecto a esta sustancia, pero Tarragona continúa siendo la segunda ciudad europea que obtiene mayores registros, tan solo por detrás de Amberes (Bélgica).
En cuanto al cannabis, otra localidad catalana vuelve a situarse en el liderazgo del ranking, en concreto Barcelona. La capital sigue ocupando la tercera posición en consumo de porros en el listado europeo y tan solo se sitúa por detrás de Róterdam y Basilea.
El cannabis registra aumentos de consumo y es la droga ilícita más consumida en Europa, con 22,6 millones de consumidores estimados durante el pasado año, según los datos recogidos por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías.
Las encuestas realizadas sobre el consumo de cannabis estiman que alrededor del 8% de los adultos europeos, con edades entre 15 y 64 años, han consumido esta sustancia durante el último año.
La cocaína, por su parte, obtiene los mayores registros en el oeste y sur del Viejo Continente, especialmente en Bélgica, Países Bajos y España. Con niveles más bajos, también se registra una tendencia al alza en el consumo de MDMA en Europa, especialmente en Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos y España.
El consumo de metanfetamina, por su parte, es "generalmente bajo e históricamente concentrado en la República Checa y Eslovaquia", pero también está presente en Bélgica, este de Alemania, España, Países Bajos y Turquía.
