Carles Puigdemont ya ha sido liberado por la justicia alemana, que no ve delito en su salida de España hace ya cinco meses. Sin embargo, ahora conocemos que el expresidente de la Generalitat tenía pensado otro plan para que la Policía no le detuviese como había ordenado el juez Pablo Llanera.
El 29 de octubre de 2017 Puigdemont se trasladó junto con un equipo de trabajo a Bélgica después de que la DUI saliese mal y el Gobierno de Mariano Rajoy interviniese aplicando elartículo 155. El político catalán vivió allí en una lujosa casa hasta el pasado 18 de marzo abandonóWaterloo para viajar a Suiza y seguir con su campaña para conseguir apoyos para la independencia de Cataluña. Además de realizar conferencias en este país, también se reunió con Anna Gabriel, que salió de España para refugiarse en Suiza unas semanas antes, y también charló con Marta Rovira, quien también se encuentra en Suiza desde el pasado mes de marzo.
Su salida de Bélgica se debió a que Llanera había paralizado la euroorden de detención y extradición sobre él. Sin embargo, al producirse la salida del país cabía la posibilidad de la reactivación de detención, pero Puigdemont no quería cancelar su viaje a Finlandia el día 22 de marzo, así que decidió seguir con su agenda. Voló solo desde Ginebra hasta Helsinki según informa El Mundo. A su vez el juez Llanera volvió a solicitar la euroorden que llegó a las autoridades finlandesas.
Así que el expresident tuvo dos opciones: ir a Rusia, que tiene frontera con Filandia ya que San Petersburgo está a unas cinco horas en coche, o viajar a Estocolmo. Su decisión fue la segunda y cometió un error, o no. El 23 de marzo con la euroorden ya emitida, Puigdemont se dirigió a Laponia, una región que comparten Suecia y Finlandia. Para llegar hasta su destino eligió el camino más largo y el coche, y es que si se decidía a ir en ferry o tren podrían detenerle porque el control es igual de férreo que en un aeropuerto.
Baliza en el coche
Las investigaciones aseguran que se montó en el coche de un finés y entró en Suecia por Laponia, es decir, recorrió unos 1.700 kilómetros en carretera durante un día y medio. Por tantoel día 24 de marzo ya estaban en Estocolmo. Mientras todo esto ocurría su equipo planeó el regreso a Bélgica porque allí la euroorden no tendría efecto y además ya disponía de residencia. En su vuelta pasó por Dinamarca y Alemania, en donde fue detenido por una pequeña patrulla de las comisaría de Schlewsig que conocía ya el coche del expresident porque siempre utilizaba el mismo para sus desplazamientos y este llevaba una baliza.
Los agentes alemanes reconocieron la matrícula y pidieron a los cinco pasajeros la documentación. Ese día, 26 de marzo, y en ese preciso momento se produjo su detención. Dicha baliza fue descubierta unos meses antes por los escoltas de Puigdemont y el hecho fue denunciado a las autoridades belgas, que se encuentran investigando quién pudo haberla puesto en el coche.
Si Puigdemont hubiese optado por no utilizar el coche, pues sabía de la baliza, quizá su detención no hubiese tenido lugar. Además, también se conoce que el primer destino del expresident tras su salida de España pudo haber sido Alemania y no Bélgica, por lo que ya tenían elegido el equipo que le defendería en caso de haber residido allí. Aunque haberlo tenido seleccionado le sirvió de mucho, pues han sido quienes se han encargado de su representación durante su encarcelamiento en la prisión alemana de Neumüster.