Biancoshock es un artista callejero procedente de Milán que ha logrado que su última obra de arte haya dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales. Y son precisamente las redes sociales las protagonistas de su nuevo y original proyecto que está cautivando a medio planeta.
Esta obra tiene como título 'Web 0.0' y fue creada para el Festival CVTA, un evento sobre arte callejero. El escenario ideal para esta representación es la ciudad de Civitacampomarano, un pequeño pueblo en la provincia de Campobasso, Italia, que tan solo cuenta con alrededor de 400 habitantes. Además, la mayoría de ellos son de edad avanzada.
Pero, ¿por qué este remoto lugar fue el elegido por Biancoshock? En Civitacampomarano apenas hay conexiones a Internet y los teléfonos móviles no cuentan con demasiada cobertura. Esto sumado a la avanzada edad de los ciudadanos hace que sea uno de los pocos pueblos en el mundo alejados de las nuevas tecnologías y de las redes sociales.
La vida real se convierte en una red social
Es por ello por lo que resulta idealmente paradójica esta obra de arte. El autor ha transformado lugares y espacios del pequeño pueblo italiano donde se realizan actividades de la vida cotidiana con la intención de hacer una pequeña crítica al mundo digital que nos rodea y, en ocasiones, nos domina.
El proyecto consiste en instalar los logos de las plataformas sociales más conocidas en nuestro planeta en escenarios que representan el desarrollo de las mismas actividades que realizamos en nuestras redes sociales diariamente.
Por ejemplo, el tablón de anuncios del pueblo se ha convertido en el muro de Facebook, un banco en mitad de la calle representa Twitter, una cabina telefónica simboliza WhatsApp y una anciana almacena en sus longevos recuerdos aquella información que buscaríamos en Wikipedia.
Con este proyecto, Biancoshock pretende poner de relieve la manera en la que se han transformado nuestros hábitos de comportamiento y demostrar que las funciones virtuales que tienen estas aplicaciones digitales también existen en lugares alejados de Internet, como en Civitacampomarano.
WeTrasnfer es una camioneta de reparto, el antivirus Avast! está representado por una farmacia y Tinder es un pequeño refugio íntimo y solitario. Ebay es la tienda de ultratamarinos, los buzones exhiben la eme de Gmail y, las sillas de la tele del bar, el logo de YouTube. La idea, del todo original, ha calado entre los habitantes del pueblo, que hasta ahora no conocían esta tecnológica visión del mundo.
Baños bajo tierra
El joven artista ideólogo de este curioso proyecto no se estrena con 'Web 0.0'. El pasado mes transformó algunos pozos abandonados de la ciudad de Milán en pequeños habitáculos que representaban espacios comunes en cualquier vivienda.
Lo que intentó con ello fue concienciar al resto del mundo de las condiciones, a veces extremas, en las que se ven obligadas a vivir miles de personas en nuestro planeta.
Unas semanas antes presentó una lavadora transformada sencillamente en el logo de Instagram. La máquina, bautizada por el autor como 'la lavadora del ego', sirve para higienizar ese ego que transmitidos a través de las redes sociales y, concretamente, a través de Instagram.
