El CIS ha publicado el barómetro de julio de 2016, que muestra la intención de voto de los españoles si se produjesen en este momento unas nuevas elecciones generales, que serían las terceras sin que se formase gobierno. El único partido grande que se vería reforzado ligeramente ante este escenario sería el PSOE, ya que pasaría de recibir el 22,66% de votos del 26-J a un 23,1%.
Por su parte, el PP pasaría de un 33,03% a un 32,5% de los votos y Ciudadanos de un 13,05% a un 12%, una caída de 1,05 puntos. La suma de las diferentes confluencias de Unidos Podemos pasaría de un 21,1% a un 19,6%, lo que supondría un descenso de 1,5 puntos, siendo la variación más considerable y reafirmando a Pablo Iglesias como el gran perdedor del 26-J.
En cuanto a valoración de los líderes políticos, Alberto Garzón pierde 0,26 puntos pero destaca sobre los cuatro grandes nombres con una media de 4,55, seguido de Albert Rivera con un 3,96 (-0,21), Pedro Sánchez con un 3,93 (-0,06), Pablo Iglesias con un 3,48 (+0,07) y Mariano Rajoy con un 3,35 (+0,26), uno de los peores valorados de todos. El mejor considerado es Joan Baldoví Roda (Compromís), con un 4,96 de nota media, adelantando a Xavier Domènech.
Por otro lado, la intención de votos en blanco aumentaría a un 3,3%, triplicando el 0,75% del 26-J. Aunque el CIS contemple un margen de error, lo cierto es que se aprecia una considerable inclinación hacia esta opción que en el barómetro preelectoral, cuando tan solo se estimaba un 0,7%.
En cuanto al resto de partidos, ERC también subiría a un 2,9% de votos, así como Bildu, que recibiría un 0,9% de los votos. CDC y CC, por su parte, descenderían tal y como muestra la tabla, mientras que el PNV se mantendría como está.
La política española, congelada en pleno verano
El CIS de julio, el primero desde las últimas elecciones, muestra un resultado muy similar a los resultados de estas, manteniendo la paralización del panorama que vivimos en estos momentos. Mariano Rajoy se ha reunido en los últimos días con los líderes de los diferentes partidos, entre los que se ha encontrado con la negativa de Pedro Sánchez y una promesa de abstención de Albert Rivera que dependerá de que el PSOE siga sus pasos.
Lo cierto es que, aunque todos los partidos coincidían en la campaña electoral en la necesidad de evitar unas terceras elecciones, por el momento ninguno parece dispuesto a dar su brazo a torcer para mantener sus palabras. De hecho Rajoy, el candidato designado por Felipe VI para la investidura, aceptó el encargo a diferencia de los anteriores comicios pero no ha aclarado todavía si, en efecto, se someterá a la votación del Congreso, momento en el que empezarían a contar los dos meses de plazo antes de reconvocar elecciones.
