En pleno siglo XXI la homofobia sigue estando muy presente en todas las sociedades y en todos los ámbitos. Además quienes discriminan a las personas porque les gusten otras de su mismo sexo parece ser que se sienten orgullosas de su pensamiento retrógrado y no dudan en gritarlo a los cuatro vientos. Esto es lo que ha hecho el chico que protagonizó el videoclip de la canción 'Call me maybe', uno de los éxitos de la cantante canadiense Carly Rae Jepsen.
Holden Nowell, así se llama el modelo que protagonizó el videoclip más visto de 2012 y en el que este joven interpretaba el papel de un chico que cortaba el césped y por el que la cantante estaba coladita, pero al final resultaba que el apuesto jardinero era gay y por quien perdía la cabeza era por el guitarrista del grupo. Según Nowell ese papel le supuso una "tortura".
"El hecho de que me hicieran gay al final del vídeo... No me gustaba que me reconociesen como el chico gay del vídeo de 'Call me maybe'", aseguró en una entrevista en iHeartradio con motivo de la publicación de su primer álbum de rap. Además, explica que la historia realmente tenía un final distinto que no realizaron porque él no quería: "Al final tenía que besar al chico y yo no quería y menos por 500 dólares. Le dije al director que no creía que me sintiese cómodo besando a un chico en un videoclip". Así que el final que vemos no era el que tenía que ser, sino uno que él mismo propuso y que el propio director aceptó.
No quería morir y que le recordasen como "el chico gay"
Sin embargo, esas no fueron las únicas palabras homófobas por parte del ahora rapero, sino que ofreció todo un recital de discriminación por cuestión de orientación sexual: "El hombre heterosexual que acepta papeles de gay es habitual en la insdustria, pero yo amo a las mujeres y no existe dinero suficiente para que cambie de parecer. No podría hacer algo que no va conmigo". Según cuenta este fue el motivo por el que se alejó del mundo de la moda y regresó a su vida anterior para trabajr de camarero, jardinero e incluso peluquero aunque también reconoce que vendió drogras, motivo por el cual acabó en prisión.
Nowell garantiza que es una persona nueva que ya no vende sustancias ilegales, pero que para salir de ahí primero tuvo que pasar por muchas circustancias que casi le hacen perder la vida. Y es que casi muere de varias puñaladas en la cabeza cuando salía de su estudio de grabar música, algo que también relaciona con su papel en el videoclip de 'Call me Maybe': "Si yo hubiera muerto esa noche, la mayoría de gente se habría acordado de mí como el tipo gay de aquel videoclip y eso literalmente, me habría devorado el alma".