Se llama Keisha Johnson. Hace un par de años alcanzó la fama de una forma inmediata y quizás indeseada: su cara, con una mirada muy peculiar, era completa carne de meme. Y se viralizó. Los montajes circularon a lo largo y ancho del mundo, con mensajes como 'Osea Reatziona' o 'Confused Black Girl', que tanto triunfaron al otro lado del charco.
La joven llegó a estar tan cansada de que todo el mundo usase su cara por internet, que incluso llegó a denunciar a Instagram por uso indebido. La red social, sin embargo, no tuvo ningún problema y se amparó en que nunca se responsabiliza de las instantáneas que cuelgan sus usuarios.
Finalmente, y avergonzada por todo lo que estaba sucediendo, la joven terminó borrando todas sus cuentas de redes sociales y desapareciendo de la faz de la Tierra sin ningún síntoma de querer volver al ruedo... hasta ahora.
La joven ha vuelto a abrir su cuenta de Instagram y nos ha mostrado su espectacular cambio físico. La verdad es que, como el buen vino, Keisha ha mejorado mucho con el paso de los años: "Mi cara se veía fea, como si estuviera a punto de vomitar... Yo no me veo así en la vida real", llegó a relatar en su demanda contra Instagram, en la que pedía una indemnización de 500 millones de dólares.
Sus fotografías ahora muestran que la joven ha dejado atrás todo lo ocurrido y que muestra una vida mucho más distinta. Por cierto, sus nuevas instantéaneas no cuentan con tanta difusión como la que le llevó a la fama, pero todos los comentarios que recibe en ellas son muy positivos. Pero Keisha lo prefiere. Ha pasado una historia que bien valdría para ser representada en una película.