El rey emérito Juan Carlos pidió al padre de Corinna la mano de su hija en 2009, aunque los planes de boda nunca llegaron a cumplirse. La empresaria alemana declaró para una entrevista en la BBC en 2020 que "también le dijo a mi padre que no podía hacerlo enseguida, que llevaría un tiempo. Quería que mi padre supiera que iba en serio conmigo. Pensé que podría desestabilizar la monarquía y por eso nunca llegué a perseguir la idea de la boda. Solo lo tomé como una prueba de la seriedad de la relación".
Según informa El País, fuentes próximas al Borbón aseguran que la realidad era la contraria, que era Corinna quien presionaba a Juan Carlos para que rompiera su matrimonio con la reina Sofía y así formalizar la relación. El padre de la empresaria murió en 2009 así que no hay manera de confirmar lo que pasó en realidad.
Lo cierto es que la relación que mantuvo don Juan Carlos con Corinna fue muy distinta a otras aventuras extramatrimoniales que tuvo. El entonces rey pudo consultar a un despacho de abogados experto en divorcios para poner fin al matrimonio con la griega. Esto nunca llegó a suceder porque habría provocado un gran escándalo en todo el país.
65 millones de euros para la convivencia
Los 65 millones de euros que recibió Corinna en 2012 por parte de don Juan Carlos no fueron tanto por "gratitud", como ella ha declarado, sino como un traspaso dentro de la pareja para cubrir la futura convivencia, aunque se negó a devolverlos cuando rompieron, confirman fuentes cercanas al rey emérito a las que El País ha consultado.
Fue ese mismo año, en 2012, cuando la relación entre Juan Carlos I y Corinna comenzó a enfriarse. El accidente que sufrió el rey emérito cazando elefantes en Botsuana provocó que la relación se hiciera pública. Dos años más tarde, Felipe VI heredaría el trono y la relación entre su padre y la empresaria alemana se acabaría definitivamente.