La Unión Europea tiene la intención de que las empresas energéticas cumplan con su responsabilidad ante los beneficios que están obteniendo por el actual contexto derivado de la invasión de Ucrania por Rusia. Por este motivo, la Comisión Europea planea impulsar que los países miembro establezcan impuestos a las empresas del sector para contrarrestar las facturas de electricidad "astronómicas", tal y como las ha descrito su presidenta, Ursula von Der Leyen.
Este tipo de impuestos serán debatidos por los ministros de Energía de los países miembro en una reunión extraordinaria que se celebrará el próximo viernes 9 de septiembre. Se espera que dichas tasas afecten a los productores de combustibles fósiles y los generadores de energía con bajas emisiones de carbono que han obtenido ganancias adicionales gracias a los precios de la electricidad inflados artificialmente. A partir de ello, se buscaría distribuir las ganancias entre los consumidores y hogares vulnerables.
Los impuestos nacionales, señala von der Leyen, serían parte de un paquete de propuestas más amplio que también irá encaminado a reducir el uso de electricidad alejando la demanda de los períodos pico. Bruselas también trabajará con los estados miembro para garantizar que los productores de electricidad tengan suficiente liquidez.
Los planes de la Comisión Europea también incluirán un tope en el precio del gas de los gasoductos rusos, diseñado para limitar las ganancias del presidente Vladimir Putin en su "guerra atroz contra Ucrania", según ha definido Ursula von der Leyen.
Rusia comunicó el pasado viernes su intención de cerrar "indefinidamente" el grifo del gas a Europa, después de que el G-7 haya acordado limitar el precio del gas ruso. Moscú ha confirmado la noticia el pasado lunes, algo que agrava los problemas de suministro para los países europeos ante el próximo invierno.
Las presiones de la patronal
Ante las intenciones de aplicar estos impuestos, la patronal europea BusinessEurope, de la que forma parte la española CEOE y en la que Antonio Garamendi es vicepresidente, está trabajando para que los impuestos extraordinarios a las energéticas no se apliquen.
Algunos países como España, Italia, Grecia y Bélgica, entre otros, ya habían mostrado su intención de aplicar este tipo de tasas, al igual que sobre la banca. La carta, firmada por el director general de BusinessEurope, Markus J. Beyrer, muestra "preocupación" por los efectos que considera que pueden tener en la competitividad de las empresas europeas.
"Las empresas europeas están centradas en encontrar soluciones para hacer frente a las consecuencias inmediatas de la guerra en Ucrania y las interrupciones de suministro relacionadas con la crisis del COVID. Los gobiernos y las autoridades, a nivel nacional y de la UE, deben hacer todo lo posible para evitar imponer nuevas cargas a las empresas para preservar la influencia económica de la UE. Para ello, es necesario asegurarse de que todas las políticas de la UE contribuyan a la estabilidad y apoyen el crecimiento sostenido y el empleo en un entorno económico cada vez más incierto", recoge la carta.
La misiva, enviada por la patronal europea, se centra con mayor interés en los impuestos sobre la banca. BussinessEurope advierte de que "un impuesto específico puede afectar a la estabilidad financiera y a la capacidad de prestar a las empresas".
"La estabilidad del mercado financiero es fundamental para la economía de la UE y las empresas europeas", prosigue el escrito. "Ello incluye garantizar que los bancos puedan financiar adecuadamente la recuperación económica y la transición al euro y asegurar que las empresas de la UE no se encuentren en una situación de desventaja competitiva con respecto a sus pares", termina.
