El Gobierno de Holanda ha dado luz verde a la norma que prohíbe el uso del velo integral. En un intento por evitar una denuncia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la nueva ley se ha anunciado en forma de sanciones económicas de hasta 150 euros ante cualquier elemento que oculte el rostro de una persona en lugares públicos, incluyendo además, pasamontañas, cascos que tapen la cara y máscaras.
Conocida ya como la 'ley del burka', la nueva regulación fue propuesta ya hace 13 años por el político ultraderechista Geert Wilders, quien pedía la total prohibición del burka alegando que impide la integración de las mujeres en la vida social y laboral del país.
Ahora, tras tantos años de debates, el Gobierno conservador de Países Bajos ha aprobado esta norma, que ya celebran desde la extrema derecha de Wilders: "Prohibido desde mañana. ¡Por fin! Porque este es nuestro país. Si quieres usar un burka, ve a vivir a Arabia Saudita o Irán", ha expresado el líder del Partido por la Libertad en las redes sociales.
Finally, 13 years after a majority in the Dutch Parliament voted in favour of my motion to ban the burqa, it became law yesterday!#stopislam#deislamize#freedomhttps://t.co/N6R3qgV0mC
— Geert Wilders (@geertwilderspvv) 27 de junio de 2018
Unas palabras que arrojan luz sobre la intención de la la nueva ley, que limita la libertad de las mujeres que utilizan a diario el burka o el niqab (que deja al descubierto los ojos).
Las reacciones a la ley del burka
Sus partidarios, como el senador de Llamada Demócrata Cristiana, Tom Rombouts, lo consideran una cuestión de "seguridad e integración social", mientras el partido Demócratas 66, que votó en contra de la medida, afirma que se trata de "una ley simbólica para resolver un problema inexistente".
Sin embargo, tras la entrada en vigor de la prohibición del burka, el principal debate en Holanda gira entorno al método de aplicación de la ley, dado que el Gobierno sitúa la responsabilidad de su cumplimiento en los conductores de autobuses o trenes, y en el personal de seguridad de los edificios públicos o gubernamentales.
Por su parte, las empresas de transporte han dejado claro que los conductores informarán a los pasajeros de la prohibición pero evitarán cualquer tipo de confrontación con ellos, y tampoco detendrán el vehículo hasta que llegue la policía para no retrasar el viaje.
La misma línea sigue la Federación Holandesa de Centros Médicos Universitarios, que rechaza implementar la ley ante el temor a que las mujeres que llevan burka eviten la ateción médica si no se les permite entran en el centro.
De esta forma, Holanda continúa los pasos de países como Dinamarca, Francia y Bélgica, después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminase que este tipo de leyes no violan las libertades religiosas.