El debate está servido desde que, hace unos días, el alcalde de Cannes (Francia) decidió prohibir los trajes de baño de cuerpo completo, también conocidos como 'burkinis'. Para justificar esta prohibición alegó que lo hacía por razones de seguridad, de manera que se impedía a cualquier persona bañarse con prendas que no respetaran "las buenas costumbres y el secularismo". Este viernes el Consejo de Estado francés suspendía la prohibición alegando que "la emoción y la inquietud resultantes de los atentados terroristas (...) no son suficientes para justificar legalmente la medida de prohibición". No obstante, la polémica ha sido alimentada durante días.
Según el alcalde Cannes, este traje de baño "manifiesta la afiliación religiosa de una manera ostentosa, mientras que Francia y sus lugares religiosos son actualmente objeto de ataques terroristas". Con lo cual, alude, estos trajes podrían "crear el riesgo de problemas de orden público". Todas aquellas mujeres que hubiesen transgredido la normativa (puesto que el burkini es una prenda principalmente femenina) podrían haber tenido que enfrentarse a una multa de 38 euros.
El alcalde denominó a esta prenda de baño como "el uniforme del islamismo extremista, no de la religión musulmana". No obstante, otros símbolos religiosos como la kipá judía y el crucifijo católico sí que se permitirían, así como los velos con los que las mujeres solo cubren su cabello.
Por si esto no fuera suficiente, también se llegó a prohibir compartir fotografías en las que los oficiales hiciesen cumplir esta ley. Christian Estrosi, el presidente del Consejo Regional de Provenza-Alpes-Costa Azul (de los cuales forma parte Niza), emitió un comunicado en el que se advertía lo siguiente:
Las quejas ya han sido presentadas ante todos aquellos que han difundido fotografías de nuestros policías municipales, y sobre aquellos que han proferido amenazas contra ellos en las redes sociales
Communiqué du premier adjoint au maire de Nice pic.twitter.com/15LikaMScu
? jules darmanin (@JulesDrmnn) 24 de agosto de 2016
Fue un incidente en particular el que desató esta segunda polémica. Una mujer musulmana se encontraba en la playa de Niza con su familia, ataviada con un burkini, cuando unos policías se acercaron a ella para aplicar la nueva norma. En las fotografías, publicadas por The Daily Mail, se muestra cómo fuerzan a la mujer a quitarse la ropa. Obviamente, ella obedece y acepta la multa de 38 euros. Las imágenes son bastante desagradables; y es que, pese a que no hay ningún tipo de violencia por parte del cuerpo policial, sí que se ve como se obliga a la mujer a desnudarse, pese a ella no querer. Además, según informaron varios medios, la policía fue jaleada por los otros bañistas, que aplaudían y gritaban cosas como "vuélvete a casa" mientras provocaban el llanto de su hija.
Esta mujer no ha sido la única multada. Desde principios de semana, se han impuesto un total de quince multas aplicando la nueva legislación. Además, el pasado martes, unos policías multaron en Cannes a una mujer de 34 años llamada Siam. Ella ha optado por quejarse de forma pública, usando para ello la cadena BFM TV, señalando que va a emprender lecciones legales. "No llevaba 'burkini', no llevaba burka, no iba desnuda. Considero que mi vestimenta era adecuada", explicó, señalando que ella tan solo llevaba hiyab. Según esta norma el hiyab sí estaría permitido, aunque ella fue multada.
Posturas a favor y en contra de la normativa
El debate en las redes sociales no se ha hecho esperar. Mientras había quien defendía esta nueva ley, también había una gran cantidad de detractores. Los argumentos a favor de la ley defienden que, de esta forma, se está eliminando una tradición machista y que le impone a la mujer un tipo de vestimenta. No obstante, los argumentos en contra defienden justamente lo contrario: señalan que al obligar a las mujeres a desprenderse de la ropa que ellas han elegido ponerse (puesto que, a menos que se demuestre lo contrario, a menos que ellas indiquen que han sido obligadas, señalan, ellas han decidido vestirse así) es otra forma de imposición.
Si el uso de burkini hace que las mujeres tengan menos libertad de elección, la prohibición del mismo acaba desembocando en el mismo resultado. El problema de fondo es el tinte islamófobo que esta legislación esconde; y es que esta medida afecta únicamente a la religión musulmana. Ninguna otra religión mayoritaria se ve comprometida.
El ministro del Interior en Francia, Bernard Cazaneuve, pidió que se aplicaran con "mesura" estos decretos. "No deben conducir a la estigmatización o a la división", explicó, tras reunirse con Anouar Kbibech, presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán. El ministro no quiso valorar los diferentes sucesos, alegando que no lo había presenciado personalmente. También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quiso opinar brevemente al respecto, señalando que lo que es imprescindible en este tipo de situaciones es que "la dignidad de los individuos se respete". "Por lo que hemos visto en las fotos, no parece que eso pasase en particular", indicó.
Este tema va mucho más allá de la libertad religiosa; es, también, la libertad a la hora de decidir qué ropa se lleva en un espacio público. ¿Se prohibirán también los trajes de buceo? ¿Se obligará a las mujeres que lleven un vestido largo en la playa a que se lo quiten? ¿Qué diferencia hay entre una mujer que decide llevar un burkini y un hombre que decide no quitarse la ropa porque no quiere que le de el sol? ¿Se lo prohibirán a él también?
