Una veterinaria ha sido suspendida después de subir a las redes sociales una foto con el gato de su vecina muerto. Según se aprecia en la publicación, la mujer había atravesado al animal con una flecha en la cabeza.
Kristen Lindsey difundió en Facebook, a modo de trofeo, la fotografía con el animal, donde además añadía: "Mi primera caza...lol. El único gato salvaje que es bueno es el que tiene una flecha atravesada en su cabeza. Premio a la veterinaria del año...lo acepto con gusto".
Los vecinos, al ver el nuevo post de la mujer, denunciaron que se trataba de su mascota que estaba desaparecida. Para corroborarlo, subieron un vídeo del felino, demostrando además que estaba correctamente domesticado. La veterinaria ha querido justificarse alegando que desconocía que fuera su mascota y que pensó que era un gato salvaje que rondaba por su patio.
Por su parte la clínica para la que trabaja Lindsey en Texas, ante su conducta impropia, ha decidido despedirla. Así mismo, ha emitido un comunicado pidiendo disculpas por tener en su plantilla a una persona que ha sido capaz de realizar este condenable acto.
Otras fotografías que han indignado a las redes
Hace poco conocíamos la historia de una tortuga torturada por dos jóvenes en Australia. Los dos hombres colgaron en sus cuentas de Instagram una publicación donde se les podía ver encima del animal. Para más INRI añadían el comentario: "surfeando sobre una tortuga este fin de semana".
Las redes estallaron al momento, llevando a cabo una campaña mediática para localizar a los dos jóvenes e imponerles el castigo correspondiente, que les supondría una multa de 20.000 dólares australianos (13.800 euros).
Además, según declararon varios investigadores al analizar la fotografía, el animal pudo haber muerto debido al gran peso que tuvo que soportar.
Otro caso que movilizó Facebook fue el de una niña de doce años que subió unas fotografías donde aparecía con los animales muertos que acababa de cazar.
Al parecer Aryanna estaba disfrutando de unas vacaciones en Sudáfrica con su padre cuando decidieron ir de caza. A parte de acto per se, lo impactante es la forma que tenía la niña de posar con los cadáveres de los animales, a modo de trofeo, en una actitud bastante impropia de una niña de doce años.
Entre las fotografías se podía ver a la menor posar con el pie encima del cadáver de la jirafa, con el corazón del animal en la mano o con la cara pintada con sangre de este.