"Celebrate diversity", que traducido sería "Celebra la diversidad", fue el eslogan escogido para Eurovisión 2017 celebrado en Kiev, capital de Ucrania. Con la victoria de Portugal de la mano de Salvador Sobral y su 'Amar pelos dois', el Festival viajó hasta Lisboa adoptando el lema de "All aboard", es decir, "Todos a bordo". Sin embargo, parece que no hay sitio para todos en el barco.
Si por algo se caracteriza el Festival de Eurovisión es por el nexo de unión de países a través de la música. Siendo el programa de televisión más longevo del mundo, sirve como plataforma internacional para la difusión de valores como el respeto, la creatividad, la diversidad y la innovación. Más allá de la música, el certamen es un programa social, político, cultural económico y tecnológico sin fronteras. Sin embargo, a veces pretenden ponerlas.
Cada año, durante la celebración del ESC, multitud de banderas ondean en apoyo de uno u otro país. Más allá de las señas nacionales, destaca especialmente la que contiene los colores del arcoíris que envuelve al colectivo LGTBI. Porque el Festival se ha convertido en una plataforma para gays, lesbianas, bisexuales y transexuales que han visto en los focos y la purpurina de Eurovisión el perfecto espejo de libertad. Libertad que Portugal ha visto a bien recortar.
Bandera vetada
Ante un evento de tales magnitudes, la organización cuenta con una normativa en la que se explica qué símbolos quedan prohibidos para evitar problemas. Así, quedan vetadas las banderas de Kosovo, Palestina, Nagorno (región "independiente" perteneciente a Azerbaiyán) o el Estado Islámico. Ya en 2016 la polémica asomó cuando en la lista se incluyó a la ikurriña vasca, por lo que tras un gran revuelo político, se acabó rectificando.
La bandera LGTBI, por su parte, ha gozado de total libertad sirviendo, además, como grito a la diversidad, uno de los principales mensajes del Festival. Fue iberador ver cómo durante la actuación de la rusa Polina Gagarina en Eurovisión 2015, el Wiener Stadthalle de Viena se inundó de color en protesta contra la homofobia de Rusia. O cómo el año anterior vibraron ante la victoria de la austriaca Conchina Wurst.
Parecía que en Lisboa no habría ningún problema al respecto. Si Ucrania, a pesar de ser un país donde la homofobia está más extendida, no puso ningún impedimento al arcoíris, no parecía que Portugal, donde el matrimonio igualitario es legal desde el 2010, lo fuese a poner. No ha sido así.
En la primera semifinal del 8 de mayo pudieron verse banderas del arcoíris en el Altice Arena. Sin embargo, según recoge Bluper, el equipo de seguridad del estadio ha requisado las banderas LGTBI para tirarlas a la basura e impedir que se vieran durante la gala de la segunda semifinal celebrada el 10 de mayo. Resulta contradictorio, no obstante, que la organización protuguesa sí permitiera trajes o camisetas en en las que aparecían estos símbolos. Claro, no se ven en cámara como una bandera, por lo que el objetivo era no molestar a aquellos países lastrados por la LGTBIfobia que retransmiten el Festival. Como dato, cabe señalar que Rusia actuó en la segunda semifinal. ¿Casualidad? Quién sabe.
China censura a Irlanda y a las banderas arcoíris
Más allá de los límites de la Unión Europea, Eurovisión es un Festival que se ve y se vive en todo el mundo, motivo por el que Australia participa desde 2015. Tal es la fiebre, que se está organizando Eurovisión Asia dedicado a la zona de Asia y el Pacífico contando con la participación de países como China, Japón o Corea del Sur. Sin embargo, parece ser que la diversidad no será uno de los valores de este evento.
China retransmite Eurovisión desde la plataforma de televisión MangoTV, que ha decidido aplicar la política de la censura. Así, durante la primera semifinal eliminó las actuaciones de Albania e Irlanda. En el primer caso se debió a los tatuajes que lucía el cantante Eugent Bushpepa mientras que en el segundo fue por el baile romántico entre dos hombres que formaba parte de la escenografía de Ryan O'Shaughnessy.
Tal es el rechazo al colectivo LGTBI que incluso se difuminaron las banderas aroíris que portaba el público asistente al Altice Arena de Lisboa, que parece se lo ha querido poner más fácil en la segunda semifinal.
Un portavoz del canal de televisión Hunan TV, responsable de Mango TV, declaró a la agencia de noticias France Press "no estar al tanto" de la censura realizada. La plataforma responsable de la censura ha declinado hacer ningún comentarios. Teniendo en cuenta que tanto el candidato albanés como el irlandés se clasificiaron en la final, con toda seguridad China tendrá que volver a tirar de censura el sábado 12 de mayo.
