Jo Grayson, una madre de Lexington, Estados Unidos, no podía creer lo que estaba sucediendo ante sus ojos. Su hijo Thatcher, que padece autismo y tiene dificultades para hablar, había llegado a casa lleno de moratones, arañazos, cortes y heridas tras regresar de su colegio, el Tates Creek.
La progenitora llamó al colegio para obtener explicaciones, aunque lo que iba a descubrir superaba todas sus expectativas: las cámaras de seguridad del centro habían grabado a la profesora y una enfermera arrastrando al menor por el suelo de los pabellones y por las escaleras. Junto a Thatcher, también se encontraba su perro guía, que había corrido la misma suerte.
La profesora intentó ocultar su autoría y fue la primera en alertar a la madre para evitar cualquier atisbo de sospecha. Pero no consiguió evitarlo, ya que no puedo borrar todas las imágenes registradas por las cámaras.
"Simplemente no entiendo cómo alguien puede hacerle esto a un niño y mucho menos a una persona con discapacidades", declaró Jo Grayson en declaraciones a la cadena estadounidense CNN. Todos los medios del país norteamericano se han hecho eco de la noticia:
Tras las pruebas aportadas, la profesora se defendió con el siguiente argumento: "La enfermera y yo tuvimos que ayudarlo físicamente a levantarse del suelo del gimnasio. Él no se movía y otros niños intentaban jugar. Me disculpo si él tiene marcas". Sin embargo, el pequeño tenía cortes y moretones por todo el cuerpo que no se explicaban con una simple "ayuda" para levantarse.
Ante una situación de estas características, Grayson cree que las autoridades no están actuando de forma correcta a la hora de enfrentarse con este problema: "Quiero que el distrito escolar tome medidas y no solo instale cámaras en cada sala de la escuela, sino que también capacite a su personal para que sepan cómo manejar a los niños con discapacidades, o situaciones difíciles con niños como Thatcher".
Las cámaras han sido fundamentales para la denuncia
A pesar de todo, la madre ha agradecido la colocación de las cámaras de seguridad, ya que su hijo no tiene capacidad de denunciar verbalmente los malos tratos a los que había sido sometido.
Tras acceder a las grabaciones, la madre decidió colgar el material en su perfil de Facebook. Gracias a ello, las imágenes han dado la vuelta al mundo y han contribuido a concienciar sobre este problema.
