La búsqueda de una alimentación más saludable y una mayor concienciación con el medio ambiente han llevado a incrementar la venta de productos ecológicos. Sin embargo, son más caros a la hora de realizar la compra que los productos convencionales.
Sin embargo, con el objetivo de ayudar a los clientes de las grandes superficies, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una lista con los establecimientos más baratos y más caros. Una buena forma de ahorrar en la compra, sobre todo si tenemos en cuenta que los productos ecológicos llegan a ser hasta un 216% más caros que las marcas blancas y un 77% más que las marcas líderes de alimentos no ecológicos.
Los supermercados que recomienda la OCU
El supermercado que elijamos a la hora de realizar la compra influye, por tanto, sensiblemente en el dinero que podemos gastar. La OCU destaca en su análisis a tres cadenas con presencia en toda España, a las que señala como las elecciones más económicas con hasta un 50% de ahorro en sus productos 'bio' respecto a otras compañías.
Lidl, Aldi y Carrefour se sitúan a la cabeza con las opciones más baratas, sobre todo en secciones de cuidado personas y droguería. El gel de ducha, el jabón de manos o las compresas ecológicas son una buena oportunidad de compra en estas cadenas de supermercados.
Otros productos como el yogur natural sin azúcar, el arroz de grano redondo o los garbanzos cocidos no presentan tanto ahorro respecto a las dos empresas con los costes más altos de venta: Herbolario Navarro y Merkabio.
Además, el estudio destaca que dos de las cadenas más económicas en cuanto a artículos convencionales, Mercadona y DIA, no cuentan con la suficiente gama de productos 'bio' en sus catálogos de venta como para incluirlos en las listas.
Por todo ello, la OCU reclama un cambio de normativas sobre los productos ecológicos, con el fin de hacerlos más accesibles a la hora de llenar el carro de la compra. Entre las medidas seleccionadas, la institución demanda un IVA reducido al 4%, políticas públicas para impulsar su producción o un etiquetado europeo claro y sostenible.
Estas normativas apoyarían un comercio local al tiempo que limitan la contaminación y reducen el consumo animal. Son pequeños gestos que ayudan a crear un planeta más responsable, pero cuyos precios elevados hacen que pocos todavía se decanten por ellos.
