Berenguer Jordi Moya ha sido condenado a dos años y medio de prisión por difundir mensajes en Twitter como "53 asesinadas por violencia de género machista en lo que va de año, pocas me parecen con la de putas que hay sueltas".
La decisión llega por parte de la Sala del Tribunal Supremo, que ha aumentado la pena impuesta por la Audiencia Nacional, recalcando otros mensajes del tipo "2015 finalizará con 56 asesinadas, no es una buena marca pero se hizo lo que se pudo, a ver si en 2016 doblamos esa cifra, gracias".
Sin embargo, los mensajes publicados por Moya no se redujeron a un mero par de tuits. Atentos: "Marta del Castillo era feminista y se tiró al río porque las mujeres se mojan por la igualdad", "a mi me gusta follar contra la encimera y los fogones, porque pongo a la mujer en su sitio por partida doble". Además, compartiendo la imagen de una mujer no identificada, incluyó el siguiente texto: "Ya la he maltratado, tú eres el siguiente".
La condena provocará que el acusado ingrese en prisión, ya que supera los dos años con los que podría evitar la cárcel si no contase con antecedentes penales. Algo que podría haber conseguido si hubiera evitado el recurso que, tanto él como la Fiscalía, presentaron ante la Audiencia Nacional (que ordenó sólo dos años).
La sentencia es firme, por lo que únicamente podría reclamar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional que, en ocasiones, suspende provisionalmente la ejecución de una condena.
"Carácter agresivo y constatación del odio"
El escrito de los magistrados también ha valorado la personalidad del acusado a través de los mensajes publicados, con el fin de justificar una pena que resulta especialmente contundente para este tipo de delitos.
La sentencia, redactada por el magistrado Andrés Martínez Arrieta, señala que "el contenido de las frases revela el carácter agresivo de las expresiones y la constatación del odio al ir referidas a situaciones en las que se desea encontrar a mujeres a las que se refiere en términos agresivos en un contexto de género".
Además, la frecuencia con la que se vertían este tipo de mensajes en redes sociales, ha llevado a los investigadores a imputar estos delitos por los que finalmente ha sido condenado: "No nos encontramos ante un acto puntual, incontrolado e involuntario. El autor conoce y quiere la realización de las expresiones que vierte a las redes sociales con un contenido indiscutido de odio que merecen reproche".
Precisamente, el proceso penal se inició cuando el grupo de redes de la Policía Nacional empezó a recibir correos electrónicos de varios ciudadanos quejándose de la forma en la que el tuitero trataba un tema tan sensible. Uno de los denunciantes llegó a interponer una demanda en las comisarías de Santa Cruz de Tenerife y Zamora.
Abuelto de enaltecimiento del terrorismo
La Justicia, por tanto, sólo le condenará por un delito de incitación al odio a las mujeres con el agravante de difusión pública, ya que todos sus comentarios se difundieron en redes sociales con repercusión (tiene 2.000 seguidores).
Sus tuits incluyeron mensajes relacionados con apoyos a los atentados terroristas cometidos por Al Qaeda y el Daesh, aunque la sentencia señala que son demasiado genéricos y, por tanto, no aprecia delito.
En este caso, se señalan publicaciones como las siguientes: "Ya no se ven atentados como los del 11S, estos de la Yihad no valen, si van a masacrar gente que lo hagan con estilo, vuelve Bin Laden", o "ahora solo falta un atentado en madrid, unos cuantos españoles muertos y un 2015 de puta madre".
La sentencia absolutoria señala que "no implican la caracterización del delito de peligro en la medida en que no hay concreción del destinatario del acto que se enaltece o de la figura que se pretende reivindicar".