Mariano Daniel Vásquez y Susana comenzaron su relación en febrero de 2019. Todo empezó en un bar y dos meses después ya comenzaron los malos tratos.Uno de los audios que ella le envió era esclarecedor: "A mí ni me dices puta, ni me dices imbécil. No voy a estar con un hombre que me machaca psicológicamente, físicamente, mentalmente... me estás hundiendo".
Ella le expresó en varias ocasiones el temor que sentía porque se ponía agresivo. Mariano ya había agredido a su pareja, tal y como certificaron varios testigos en el juicio en la Audiencia de Barcelona. Susana era diabética y por ello necesitaba inyectarse insulina cada día. Por ello, era una persona especialmente vulnerable, que en ocasiones dependía de terceros.
Mariano sabía su situación. La noche del 17 de junio de 2019 fue una de esas ocasiones, cuando ella le pidió ayuda. La víctima llegó a realizarle cuatro llamadas en las que le expresó su situación: "Estoy fatal, estoy muy mal, no sé a quién llamar, cariño. Me mareo, me duele todo. Ayúdame, por favor, tráeme medicamentos. No puedo ni hablar", fue uno de los audios que le envió la mujer.
Susana presentaba en ese momento dificultades respiratorias y gran deterioro físico, pero él no tuvo ninguna intención de llamar a emergencias. La única molestia que tomó fue grabar su agonía con su teléfono móvil. En una de las imágenes se aprecia que ella no puede verse ni articular palabra.
La mujer pide ayuda en los vídeos, e incluso él llega a fingir prestarle ayuda mofándose de ella. La mujer le pide en varias ocasiones que le abra una botella de agua para poder beber, pero él no lo hace, e incluso sabiendo que ella está congelada, le sugiere además que se moje el pelo.
Una simple llamada a los servicios de emergencias hubiera salvado la vida de Susana, pero él no tuvo ninguna intención de ayudarla. Finalmente, la víctima falleció de hiperglucemia. Una muerte totalmente evitable, como han certificado los servicios sanitarios y el tribunal del jurado considera probado.
Prisión permanente revisable
Por estos hechos, la Audiencia de Barcelona finalmente le ha impuesto al acusado la máxima pena posible, prisión permanente revisable, al considerar que es el autor de un delito de asesinato con el agravamiento de ensañamiento.
En la sentencia, fechada el 29 de marzo y que publica el diario ABC, el magistrado Joaquín Uría señala que la muerte de la víctima no se hubiera producido si Mariano hubiese pedido auxilio a emergencias: "Si no hizo nada para ayudarla fue porque quería que muriese, o porque preveía que podía pasar y le daba igual".
Por ello, considera que el hombre cometió un delito de asesinato con el agravante de ensañamiento, teniendo en cuenta la vulnerabilidad que sufría la víctima como consecuencia de su enfermedad. La grabación es la mayor prueba incriminatoria contra el acusado, según el fallo. Además, el ensañamiento se sustenta en la "actitud burlesca del acusado", que además inmortalizó todo lo que estaba sucediendo, "actos vejatorios", de quien le debía "respeto por la relación que mantenían -pareja-, y que incrementaron su sufrimiento de manera cruel e innecesaria".
Contra el fallo, que también incluye una condena por maltrato habitual y un delito contra la intimidad, cabe interpone un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).