La influencer portuguesa Joana Mascarenhas ha sido condenada a dos años y medio de prisión por un delito de violencia doméstica. La causa penal contra Mascarenhas se inició después de que difundiera en redes sociales los brutales castigos a los que sometía a su hija de tres años.
La condena impuesta por la justicia lusa le impone dos años y medio de cárcel, cuya ejecución queda temporalmente en suspenso, así como la obligación de seguir un plan de reinserción social y una indemnización de mil euros a su hija.
Mascarenhas se grabó y difundió en redes sociales varios vídeos, en junio de 2023, donde relataba que había sumergido a su hija de tres años en agua fría como método para poner fin a sus rabietas, un consejo que recomendaba seguir.
Hasta el cuello
La influencer habría seguido este método, al menos, en dos ocasiones. En una de ellas, sumergió a la menor hasta el cuello en una piscina y en la otra, la colocó en la bañera todavía con pijama y la mojó con agua fría.
Joana Mascarenhas partilhou uma tática controversa para lidar com as birras da sua filha de três anos: submergir a criança em água fria.
— Mundo Vivo (@mundo__vivo) July 14, 2023
Joana afirma que mergulhar a filha em água fria é a forma mais eficaz de acalmar. pic.twitter.com/YAmCBusy4D
El tribunal considera que, a pesar de que las rabietas de la menor se detuvieron, el método empleado, cuya veracidad confirmó, no constituye una forma adecuada de cuidados a un menor. La juez del caso destaca que estas acciones, si se aplicaran entre adultos, se catalogarían como "humillantes".
La abogada defensora mantuvo durante el juicio que la decisión de la influencer fue simplemente una "decisión desafortunada" que no debería ser considerada delito, puesto que no causó daños físicos o psicológicos a la menor. Sin embargo, la Fiscalía destacó la importancia de establecer una sanción, aunque fueran hechos aislados.
Después de conocer la sentencia, la defensa de Joana Mascarenhas ha anunciado su intención de apelar la decisión judicial. Para ello, se ha establecido un plazo de 30 días en los que presentar un recurso.