Hay un gran número de tipos de cáncer conocidos por la mayoría de la población. De pulmón, hígado, mama, riñón, piel... En el caso de ir más concretamente al sistema reproductor masculino, es más común pensar en el de próstata que en cualquier otro. No obstante, existe un gran desconocido para la población: el cáncer de pene.
Su ignorancia se explica fácilmente. El cáncer de próstata es más frecuente en hombres, representando el 21% de los cánceres diagnosticados en España. Este cáncer afecta cada año a 25.000 españoles, la mayoría de ellos mayores de 60 años. Por el contrario, el cáncer de pene afecta a 1 de cada 100.000 hombres cada año, también en ese tramo de edad.
Se trata de una patología rara, pero no la más peligrosa. El cáncer de pene es una enfermedad en la que se forman células malignas en el tejido del pene con síntomas visibles como llagas (úlceras), secreción y sangrado en el glande o en el prepucio.
Hay varios subtipos, pero el más común es el carcinoma de células escamosas, que representa el 50-60 % de los cánceres genitales y puede ser algo agresivo. Muchas personas rehúyen consultar a un urólogo por molestias menores y este comportamiento puede convertirse en un problema a la hora de detectar esta enfermedad.
A pesar de que se desconocen las causas exactas de su aparición, si que hay varios factores de riesgo con los que está relacionado:
Virus del papiloma humano
La infección por el virus del papiloma humano (VPH) puede causar cáncer de pene, especialmente los subtipos 16 y 18.
Falta de higiene
Los hombres que no mantienen limpia el área debajo del prepucio pueden desarrollar esmegma, una sustancia blanca y maloliente que puede provocar la aparición de infecciones. Las personas circuncidadas serán menos propensas a acumular esta sustancia.
Fimosis
Se produce cuando el prepucio cubre en su totalidad el glande y no puede moverse para descubrirlo.
El tabaco
Los fumadores tienen tres veces más posibilidades de padecer cáncer de pene que los que no lo hacen.
La promiscuidad
Tener una gran cantidad de parejas sexuales puede derivar en una práctica del sexo con menor preocupación y que pueda producir infecciones o lesiones.